El consejero de Ciencia, Empresas, Formación y Empleo, Borja Sánchez, se muestra muy satisfecho con la respuesta de las empresas para desarrollar la nueva Formación Profesional Dual, donde se incrementan las horas de formación y los estudiantes cobran un sueldo. El Principado tiene convenio con 3.000 empresas y pretende llegar hasta 5.000. El sector que antes sintonizó con la oferta del Principado es el de las inmobiliarias. Borja Sánchez confía en que con el transcurso del tiempo haya cada vez más empresas que se sientan atraídas por «los beneficios del nuevo modelo».
La Ley Orgánica de Formación Profesional, cuyo proyecto presentó Pedro Sánchez en Gijón, es el intento más ambicioso por rescatar esa rama de la Educación del descrédito que siempre tuvo en España. En ninguno de los grandes países de la Unión Europea hubo unos índices tan bajos de alumnos matriculados en FP como en el nuestro. La norma hace frente a las grandes carencias de la formación profesional: la escasa adaptación a las demandas del mercado y el déficit de empleabilidad. Para lograr ambos fines era necesario aumentar los ciclos y cursos de especialización, tal como se está haciendo. La siempre citada relación entre formación y empresa se concreta con la dualidad del aprendizaje y el trabajo en la empresa. Sobre la FP Dual se lleva más de una década hablando, pero ahora, por fin, parece que se va a avanzar con el impulso de las administraciones y la receptividad de los empresarios. En el curso 2012-2013 se implantó por primera vez, pero desde entonces no dio resultados apreciables.
El modelo a seguir es el alemán, que se empezó a desarrollar en los primeros años setenta del siglo pasado. Se puede decir que en Alemania, desde que se empezó a hablar de formación profesional, el formato era dual. El modelo triunfó por una serie de factores que confluyeron, como la excelente relación de las empresas y los sindicatos (eran los años de la cogestión), la capacidad de liderazgo de los länder, la preocupación de las patronales para evitar, con cursos, que las destrezas de los trabajadores quedaran limitadas al aprendizaje concreto de la empresa en la que se formaron, y el gran ahorro que lograban las empresas al contratar a los aprendices. Gracias a todo eso, Alemania es, tradicionalmente, el país con menos paro juvenil. Como nosotros estamos en el otro extremo, conviene que nos adentremos por este camino con decisión y sin politiquería. Un aplauso al Principado, los empleadores y los trabajadores.