Al parecer hay un sector crítico en el socialismo asturiano que censura la labor de Adrián Barbón, como secretario general de la FSA y pide el adelanto del congreso del partido. Un portavoz de este sector, que prefiere mantener el anonimato por miedo a represalias internas, asegura que la división interna cada vez es más grande.
El pluralismo de los partidos sólo es cierto cuando hay corrientes internas de opinión que no comulgan con el oficialismo de la dirección. Cuando existen y se pueden manifestar sin cortapisas. Admito que durante periodos muy cortos no haya discrepancias, pero no es creíble que pasen los años sin que nadie levante la voz, y más cuando en ese tiempo se toman decisiones, avaladas por la dirección del partido, que provocan amplios debates en la sociedad. En el conjunto de España, el PSOE ha sido el partido más democrático desde el inicio de la democracia. No fue un dechado de virtudes; hubo golpes del aparato y depuraciones, pero el resto de partidos estuvieron a años luz del PSOE, al elegir direcciones internas y candidaturas electorales, durante décadas, por el método de la ‘dedocracia’. A ello, añadamos otro hecho: cuanto más pequeños son los partidos, menos democrático es el funcionamiento orgánico.
Con la llegada de Pedro Sánchez a la Secretaría General del PSOE, el pluralismo socialista se marchitó, al quedar los órganos del partido aplastados por el poder del líder. Hay un momento para la historia: la reunión del Comité Federal, en la que Sánchez pide el apoyo para aprobar la Ley de Amnistía («en el nombre de España»), y todos los dirigentes se ponen de pie, al unísono y prorrumpen en una interminable ovación. La unanimidad del aplauso es incompatible con el pluralismo. El resorte emocional acaba con la crítica y el debate.
Por principio, bienvenido sea el sector crítico de la FSA. Otra cosa es el análisis político que lleva incorporado. Según el portavoz del sector, el partido está secuestrado por Ovidio Zapico, coordinador general de IU, a través del pacto de Gobierno. Sólo puedo entender ese enunciado en clave de humor. La correlación de fuerzas entre PSOE e IU es tan favorable a los socialistas que decir lo contrario es puro disparate. El portavoz critica el discurso de la asturianía de Barbón. Aquí sí hay sustancia política para el debate. El problema es que el portavoz se muestra partidario del bilingüismo (en realidad, trilingüismo). Y por si hubiera alguna duda, añade que no están en contra del giro asturianista. Aclárense, por favor.