Salida en falso del supuesto sector crítico de la FSA que se habían parapetado tras la marca, Socialistas Asturianos, para hacer propuestas y promesas que incumplieron flagrantemente. Habían anunciado que ayer se presentarían ante Presidencia del Gobierno (decían contar con cuarenta cargos públicos, entre los que estarían tres alcaldes) para explicar su propuesta de censura a Adrián Barbón, a través de un congreso extraordinario, y mostrar los documentos que acreditarían sus contactos con la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE y el apoyo recibido desde Madrid. A la hora anunciada no hubo ningún crítico merodeando la sede de Presidencia. Luego dijeron que aplazaban la presentación a la tarde, pero tampoco nadie se atrevió a dar la cara. Al final nos quedamos sin declaraciones y sin ver esa picante documentación. Un bluf en toda regla.

Para faltar a la cita de la mañana, los anónimos críticos pretextaron que la Delegación del Gobierno les ponía trabas para concentrarse ante Presidencia. Esa absurda disculpa sirvió para que Adriana Lastra, como se diría en jerga parlamentaria, «por alusiones», les dedicara unas contundentes declaraciones, negando que haya un solo militante del PSOE detrás de Socialistas Asturianos. Dijo que la plataforma es falsa y que tienen sospechas sobre quién está detrás. Aseguró que recurrirán a los tribunales por «suplantación de personalidad». Para la delegada del Gobierno, el objetivo de los anónimos críticos no es otro que montar «una estrategia contra el PSOE para la desestabilización del partido».

Si nos atenemos a los hechos de esta semana se trata de un colectivo inexistente, aunque sí hay algunas personas que llaman a los medios y hacen declaraciones desde el anonimato. En política, los ovnis no están catalogados. Desde esa perspectiva es difícil entender la importancia que le da Adriana Lastra a esos agentes fantasmales que no militan en el PSOE. ¿Cómo van a «desestabilizar al partido» unos aficionados sin armas ni bagajes?

De todo lo anterior se deduce que a la FSA y al presidente del Principado les beneficia la chusca actuación de un sector crítico inexistente porque sirvió para movilizar a la organización en torno a la dirección del partido y del Gobierno. De cara al futuro, la existencia de un hipotético sector crítico, sea quien sea quien lo integre, será vista con recelo. En una semana, Barbón se vacuna contra el sector crítico y recibe unos halagos embriagadores de Ferraz. Detrás de esto sí hay política.