En el inicio del curso escolar destaca la pérdida de alumnado. Por primera vez desde que el INE acumula información se baja de 100.000 alumnos en la educación no universitaria. Respecto al año pasado hay 1.600 estudiantes menos. Nos deslizamos por una pendiente que comenzó en los años ochenta del pasado siglo, cuando llegó a haber más de 150.000 niños y jóvenes matriculados. En lo que va de siglo hay 30.000 estudiantes menos. La bajada se concentra en el segundo ciclo de Infantil y la etapa de Primaria. Más del 90% del descenso en las aulas se produce en esas etapas (de 3 a 12 años). Este dato sólo quiere decir que, en los próximos años, según los alumnos vayan pasando de curso, la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato sufrirán una pérdida semejante. La consejera de Educación, Lydia Espina, en una entrevista que ayer se publicaba en estas páginas, confiaba que la oferta del primer ciclo de Infantil (0-3 años) pudiera servir para asentar población. En la zona urbana será, prácticamente, inapreciable; cuando se está hablando de la reducción de matrícula, más de ocho de cada diez alumnos están en zonas urbanas. En cuanto el efecto en la zona rural, está por ver. Ojalá las expectativas de la consejera se vean confirmadas. A día de hoy, ni siquiera sabemos si las ayudas a la natalidad han tenido algún efecto en la zona rural. Lydia Espina alardeó de que Asturias sea la comunidad con ratio de alumnos por aula más baja de España y una de las mejores en la ratio de alumnos por profesor. Datos muy positivos que, sin embargo, son posibles por el grave problema del descenso de la población escolar. Con más niños matriculados no sería factible fijar el tope de 23 por aula. Como hay un superávit de personal y medios materiales es posible hacerlo.
En este curso habrá una nueva prueba de acceso a la Universidad. La EBAU pasa a mejor vida, tras haber quedado totalmente desacreditada. Entre la escasa dificultad de las pruebas, la generosidad de las calificaciones y la nota media que traían los alumnos del Bachillerato (Asturias lideró el porcentaje de sobresalientes), que significaba el 60% de la nota total, la supuesta selectividad sólo sirvió para dejar contentos a los alumnos que aspiraban a entrar en la universidad, a sus familias, al profesorado y al Principado, que pudo presumir de tener la juventud más formada de la historia. Espero que con la nueva PAU ganemos en rigor y seriedad.
El curso empieza con la inadmisible carestía del material escolar. Hay que hacer algo, consejera.