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Juan Neira

LARGO DE CAFE

EL ENVOLTORIO DE LA CONCERTACIÓN

El 7 de noviembre de 2023, Gimena Llamedo, vicepresidenta del Gobierno, tras reunirse con Fade, CC OO y UGT, anunciaba que el 16 de diciembre tendría lugar la primera reunión de la concertación social. El 26 de abril de este año, Llamedo afirmaba que «en las próximas semanas finalizará la negociación». Al pacto se llegó el 19 de septiembre. Adrián Barbón, con su envidiable optimismo, dijo que la negociación duró «siete meses», pero en realidad fueron nueve meses y tres días.

No entiendo cómo un acuerdo que todas las partes consideran que carece de alternativa puede tener tan larga gestación. Añado una premisa más para aumento del asombro. La concertación social no es un acuerdo al uso, en que todas las partes ceden y se sacrifican, en alguna medida, para poder compartir un objetivo con distintos interlocutores que tienen una perspectiva distinta. En la concertación social asturiana el único que pone algo sobre la mesa es el Principado y los agentes sociales se limitan a hacer propuestas sobre los recursos que oferta la Hacienda autonómica. En la concertación asturiana es todo muy simple: uno saca la billetera y el resto firma.

Vaya por delante que me parece positivo que cada cierto tiempo –una legislatura– se reúna el Principado con empresarios y sindicatos para mandar un mensaje positivo a la sociedad. En unos tiempos donde la amenaza de la desintegración territorial es algo tangible, es bueno que los antagonistas históricos (empresarios y trabajadores) y el Gobierno regional se mantengan unidos, sin fricciones, sin reservas, en torno a unas ideas. Uno de los grandes activos de la sociedad asturiana es la convivencia pacífica. Un logro que alcanzamos en las últimas décadas y debemos defender de cualquier intento de división por motivos culturales, económicos, lingüísticos o de cualquier otra índole.

Productividad
Veo bien la foto de las manos unidas, en las que Barbón siempre sale más feliz que el resto del cuarteto, pero el contenido es discutible. Con un ejemplo se ve más claro.

Si algo necesita Asturias, y España, es la mejora de la productividad, que lleva décadas estancada. El informe Draghi pone el dedo en la llaga, recordando a los europeos que si no aumenta la productividad el Estado del Bienestar será insostenible. Empresarios, trabajadores y Principado, los tres, pueden tomar medidas eficaces en pos de ese objetivo. En los nueve acuerdos de concertación social firmados en Asturias, desde 1988 hasta 2024, nadie mencionó la productividad. Hablar de ella sería una invitación a realizar sacrificios y la concertación asturiana es una ceremonia de rostro amable.

La concertación social de 2024 a 2027 viene acompañada de 4.689 millones de euros. La mayor partida corresponde a la cohesión social (dependencia y cuidados, sanidad pública, servicios sociales, educación pública), con 3.076 millones. El propio presidente del Principado, al empezar a hablar, el primer deseo que expresó fue «el necesario fortalecimiento de los servicios públicos». Es evidente que, en estas materias, la patronal y las centrales sindicales tienen poco que aportar, más allá de hacer sugerencias, como las de tantos colectivos de la sociedad civil.

Sanidad
A la sanidad le destinan 866,3 millones de euros, en los tres años de la concertación. En el presupuesto del Principado de 2024 la sanidad tiene asignados 2.322,8 millones. Para 2025 será una cantidad semejante, porque el consejero de Hacienda ya avisó que el recorte del presupuesto (400 millones) será en la inversión productiva. ¿Aporta algo lo que se contabiliza para la sanidad en la concertación al gasto sanitario que se apruebe en el presupuesto del Principado? No, sólo hay una cantidad real, la que aparece en los presupuestos, los 866 millones no pasan de ser un mero apunte, un deseo.

Lo mismo ocurre con la educación, que tiene reservados 193,5 millones en la concertación, en tres años, mientras en el presupuesto del Principado, de este ejercicio, cuenta con 1.065 millones. En 2025 tendrá una cuantía similar. El único dinero que se va a gastar en la educación en los próximos años será el que conste en los presupuestos del Principado, la concertación no agrega dinero. Estarán igual de financiadas la sanidad, la educación y los servicios sociales con concertación o sin ella.

Fade
Hace quince años, más o menos, la Fade mostró su preferencia por centrar la concertación social sobre asuntos que afectan a las empresas: inversión pública, formación, normativas laborales, funcionamiento de la Administración. Nada de sanidad o servicios sociales. Fue un momento de lucidez que podría haber servido para enderezar el modelo de concertación y discutir sobre cuestiones que competen a empresarios y trabajadores.

Adrián Barbón dijo que para la «materialización de la concertación necesita ser refrendada con el presupuesto regional», esperando que la oposición esté a la altura. Con pocas palabras le quitó la venda a la gallina. Más allá de la estratagema para contar con el voto del PP en los presupuestos –puro desiderátum porque en la España de la polarización ni el PSOE apoya un solo presupuesto de las once autonomías gobernadas por el PP ni el PP vota los presupuestos de las tres comunidades gobernadas por el PSOE–, lo que desvela Barbón es que la concertación es puro envoltorio. La única sustancia está en el presupuesto del Principado.

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por JUAN NEIRA

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