La Dirección General de Salud Mental del Principado va a tratar de recabar datos para conocer las causas que llevan al suicidio. Se hará un estudio exhaustivo de cada caso (antecedentes sanitarios, rasgos psicológicos, relaciones familiares, sociabilidad, entorno laboral, etc.) para tratar de encontrar patrones de conducta. Un trabajo difícil que realizarán en unas circunstancias complicadas, dada la presión asistencial que tienen los servicios sanitarios en nuestra región.
Desde la etapa del confinamiento hubo una demanda creciente de consultas psiquiátricas, bien sea por malestar emocional o por enfermedades mentales. Un incremento que fue particularmente creciente entre la juventud. El aumento también afectó a las conductas suicidas. Los ingresos de adolescentes por intentos de suicidio en los hospitales casi se duplicaron de antes a después de la pandemia. Todavía fue superior el crecimiento de las autolesiones de los jóvenes. Estos factores, y otros muchos, hicieron que el Plan de Salud Mental (2022-2030) tuviera como principal elemento la prevención. Otras medidas incluidas en el plan fue la incorporación de más psicólogos clínicos y crear una nueva especialidad, Psiquiatría Infanto-juvenil. Podemos decir que la tarea que ahora se plantea la dirección general de Salud Mental, con el doctor Ángel López al frente, de encontrar patrones de conducta que permitan prevenir los suicidios entronca con el espíritu del plan.
El suicidio es un tema tabú en nuestras sociedades. Es la gran transgresión de lo que se espera del individuo: defender la vida hasta el último aliento. Quizás el aspecto más desasosegante del suicidio reside en su universalidad: todos nos podemos suicidar. Es una amenaza o tentación general. Millones de personas, tal vez más de la mitad de la población adulta del mundo, hayan fantaseado alguna vez con la idea de quitarse del medio, recreándose en los lamentos de familiares, amigos y enemigos. Soy consciente de que el suicidio real es otra cosa, una acción fruto de un sufrimiento insuperable, de tal forma que quitarse la vida es una forma de cura.
Desde el año 2008, el suicidio es la primera causa de muerte en España por motivos no naturales. Triplican los suicidios de los hombres a los de las mujeres, aunque ellas lo intentan el triple de veces. En Hungría, con más líneas telefónicas de ayuda, más psiquiatras y más formación a profesionales (policías, bomberos) los suicidios bajaron un 50%. Ojalá sigamos esa senda.