Francisco Álvarez-Cascos ha sido absuelto del delito continuado de apropiación. El Ministerio Fiscal y Foro Asturias, como acusación particular, pedían cárcel para el expresidente del Principado por un presunto delito que el magistrado Javier Domínguez Vegega (sección tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo) da por probado que no ha existido. En la sentencia queda evidenciada la particular forma de funcionamiento en la dirección de Foro, con un amplio grupo de directivos que tenían conocimiento de los gastos que presentaba Cascos a los administradores del partido, pero no mostraron ni la más leve reticencia («nunca nadie cuestionó las partidas identificativas de los gastos que nos ocupan»).
En la sentencia nombra a dirigentes que también obtuvieron un beneficio económico de los trabajos realizados para Foro, bien sea como proveedores o al editar un periódico (‘El Hormiguero’, 80.000 euros). El magistrado considera probado que Cascos «no ocultaba los gastos que presentaba, siendo general el grado de conocimiento de los mismos». En la vista oral, lo más llamativo de los testimonios que se vertieron contra Cascos estaba en deplorar su conducta cuando todos la conocían desde el inicio de la andadura de Foro (año 2011). Todos sabían que Cascos tenía un sueldo de 25.000 euros anuales (creo recordar que esa era la cifra). O que iba a Madrid en coche dos días de la semana para estar con sus hijos. Lo sabían en 2012, 2013, etc., y nadie levantó la mano. Cascos presentaba tickets y se contabilizaban sin reparos.
Cuando alguien dentro de un colectivo tiene un proceder determinado de forma continuada (presentar gastos para ser contabilizados) y el resto calla, hay que entender que su actuación no les parece reprochable. El que calla otorga. Después de tanto testimonio acusador, lo mejor que se puede decir de la dirección de Foro es que estaba formada por un grupo de pusilánimes, incapaces de enfrentarse al líder, al que, por otra parte, tanto le debían.
Cualquiera que haya seguido las sesiones del juicio oral habrá percibido que en el fondo de la querella latía la pugna política. La controversia entre los partidarios y los detractores de Cascos se hizo visible en los testimonios opuestos que vertieron los testigos. En el banquillo de los acusados finalizaron muchas trayectorias políticas. No es el caso. La pelota está en el tejado de la dirección de Foro, que no queda muy bien parada en la sentencia. Deberían decir algo más que el insustancial comunicado de ayer.