Tras el Consejo de Gobierno, presidido por Gimena Llamedo, el portavoz del Ejecutivo, Guillermo Peláez, consejero de Hacienda, ha presentado el proyecto de reforma fiscal del Principado que se aprobará este mismo mes. En la Junta General del Principado se plantea, con frecuencia, la necesidad de una reforma fiscal que, al final, ha quedado reducida al tramo autonómico del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Más que de una reforma habría que hablar del ajuste en un impuesto. La modificación tributaria es producto de la exigencia del socio minoritario (IU-Convocatoria por Asturias) del Gobierno de coalición que quería medidas de diversa naturaleza para hacer pagar más a los que más tienen. Como suelen decir los portavoces de la izquierda radical, «hay margen para subir los impuestos a los ricos». El pasado domingo, en estas páginas, Xabel Vegas, líder de Sumar, aseguraba que «nosotros hubiéramos ido más allá en la subida de impuestos a las rentas altas». Deseos aparte, de las previsiones iniciales solo queda un recargo a los llamados grandes tenedores de viviendas (ser propietario de cinco viviendas en zonas declaradas como tensionadas y de diez viviendas en el resto del territorio). El recargo es un incremento del 15% en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados cuando compren una nueva vivienda. Con ese recargo la Hacienda asturiana recaudará medio millón de euros más, a partir de 2026. A la hora de contribuir al equilibrio presupuestario el medio millón equivale a cero coma cero.
El IRPF queda sustancialmente como estaba, aunque con algún pequeño detalle que permite envolverlo en ideología. Me refiero al incremento de medio punto en el tipo impositivo para los contribuyentes que tengan ingresos superiores a los 175.000 euros anuales. El gravamen pasa del 25,5% en el tramo autonómico al 26%. El consejero de Hacienda hizo referencia a la vía fiscal asturiana de la que se han beneficiado miles de ciudadanos. El año pasado, el mecanismo principal de la vía asturiana fue la consideración de familia numerosa al segundo hijo y en este ejercicio fueron los «gastos vitales» de los jóvenes hasta los 35 años. ¿Alguien en su sano juicio puede pensar que con esos argumentos se puede hacer la reforma fiscal que necesita Asturias?
Con la nueva tabla, los que ganan menos de 35.000 euros, la «clase media trabajadora» en el argot de Pedro Sánchez, tendrán una ganancia de 119 euros. Otra razón para votar a la izquierda.