Desde la Feria de Muestras, Álvaro Queipo ha realizado unas declaraciones sobre el sistema fiscal asturiano. El presidente del PP afirmó que nuestra región pierde competitividad con la política fiscal del Gobierno de Barbón; recordó que el presidente se negó dos veces en el Parlamento a bajar los impuestos. Una de las ventajas que tiene la discusión sobre tributos es que versa sobre números y es posible la comparación. Si el Principado tiene tipos impositivos más altos podrá contar con dinero para pagar cualquier exceso en los gastos, pero la competitividad se resiente. Al final, la mayor presión fiscal del sistema funciona como un coste. Es más fácil captar inversiones con tipos más bajos. Ese es el secreto del éxito de Irlanda.
Álvaro Queipo propuso una reforma fiscal «profunda y progresiva», que es un vivo contraste con la actual reforma del Gobierno de coalición de la izquierda, que es puramente cosmética, como se puede apreciar al ver que los contribuyentes supuestamente favorecidos contarán con 120 euros más que ahora. El líder del PP propone rebajar los tiempos impositivos en los tres primeros tramos del IRPF, hasta las rentas de 20.000 euros, para beneficio de los trabajadores y de las personas de bajos ingresos.
La gran diferencia entre el proyecto del Gobierno y la propuesta del PP está en otras dos figuras fiscales, el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Acto Jurídicos Documentados, y el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Con la mirada puesta en el problema de la vivienda, Queipo plantea reducir los tipos impositivos en el Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, sobre todo si la compra-venta es un inmueble. Anunció que quedarían exentos de pagar el tributo los compradores si son menores de 35 años, mujeres víctimas de violencia de género, familias monoparentales, familias numerosas o si el inmueble estuviera en un municipio en riesgo demográfico (despoblación).
En Asturias, si hay un impuesto criticado por la sociedad, que provocó manifestaciones ante las sedes institucionales del Principado, es el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Durante muchos años, el Principado fue líder en poner el mayor gravamen, lo que originó la mayor renuncia a herencias de todas las regiones. Un doble liderazgo que debería sonrojar al Gobierno. Ahora somos los segundos, por detrás de Cataluña, en penalizar las herencias. Pues bien, Queipo anuncia que eliminará el Impuesto de Sucesiones para que Asturias despegue. ¡Qué falta nos hace!