Tal como se anunció, el Consejo de Gobierno del Principado ha habilitado una partida de 800.000 euros para conceder ayudas a los titulares de las explotaciones ganaderas afectadas por los incendios acaecidos en las últimas semanas. La subvención se concede por cabeza de ganado, teniendo en cuenta la especie y la edad. Ejemplo: por cabeza de bovino de más de dos años recibirán cien euros. No es fácil hacer una valoración porque hay distintas maneras de subvencionar a los ganaderos damnificados por el fuego. El próximo viernes aprueba la Xunta de Galicia las ayudas para las ganaderías afectadas. Por el parecido que tienen con las explotaciones asturianas será más factible comparar y sacar conclusiones. En Castilla y León, Alfonso Mañueco, presidente autonómico, ha hablado con agricultores y ganaderos con datos concretos. En esa región, los ganaderos y agricultores recibirán una ayuda directa mínima de 5.500 euros por los daños en los fuegos. A partir del 30 de septiembre recibirán ayudas por cada hectárea de pasto calcinada, que será mayor o menos en función de la carga ganadera de cada explotación. La cuantía a recibir por la tierra quemada será un 20% mayor que en los incendios de 2022. Como se puede ver, un sistema de compensación de daños muy distinto al asturiano. Es preciso conocer lo que opinan los sindicatos agrarios.
Por otra parte, habrá que tener en cuenta los recursos que nos lleguen por la declaración de zona catastrófica, aunque la última vez, en el gran incendio de 2023, solo recibimos 172.000 euros. Espero que en esta ocasión el Gobierno de España sea muy consciente de que no se puede repetir tamaña tomadura de pelo.
Adrián Barbón anunció, tras el Consejo de Gobierno, la celebración de una «cumbre internacional» para debatir sobre la prevención y la lucha contra los incendios, que sirva para aprender de otros países. Es un buen momento para organizar unas jornadas de trabajo sobre los incendios porque nuestros socios europeos están sensibilizados con los siniestros que sufrimos este verano. Ahora bien, debe ser un evento serio, no una disculpa para hacer propaganda política. Sería el colmo que nos pusiéramos a explicar lo bien que gestionamos las catástrofes después de los 227 muertos de la dana de Valencia y la ola de incendios mayor de la historia de España. La clave está en los intervinientes: invitados con currículum científico y sin adherencias políticas. La idea es buena; sería un despropósito echarla a perder por estrechos intereses partidarios.