Organizado por el Centro de Competencia para la Economía de Cuidados de Larga Duración y Envejecimiento Activo (Cecoec) se han celebrado en Gijón unas jornadas sobre el modelo de cuidados, en las que participaron miembros de los gobiernos de Asturias, Galicia, País Vasco, Navarra y Castilla-La Mancha. En representación del Principado asistió Marta del Arco, consejera de Derechos Sociales y Bienestar. Del Arco abordó con valentía uno de los puntos más sensibles de toda la problemática de cuidados: «Garantizar derechos cuesta muchísimo dinero; creo que hay que abrir un debate respecto al copago».
Hay consenso entre los gobiernos en que la sostenibilidad de las prestaciones del sector de cuidados pasa por un nuevo modelo de financiación. Es una afirmación que se repite también cuando se habla de sanidad, educación, etc. Cuando se apela a un nuevo modelo se está pensando en que el Estado aporte más recursos. Ya hemos dicho muchas veces que las reformas de los sistemas de financiación autonómica llevan siempre aparejado un mayor trasvase de recursos del Estado a las regiones. El actual modelo (diciembre de 2009) fue posible con los 11.000 millones extra asumidos por el Gobierno central. Ahora bien, en el caso de algunos servicios no se puede fiar su sostenibilidad al aumento de la contribución estatal porque las arcas del Estado tienen una capacidad de financiación limitada. En Asturias hay 34.063 personas que reciben ayudas de la Dependencia, bien sea atención en el domicilio, asistencia a centros de día, residentes en geriátricos o cuidadores (familiar o profesional). Según el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), la cifra de asturianos que podrían ejercer su derecho a recibir ayudas en el presente es de 187.000 personas. En el conjunto de España tienen reconocida la Dependencia 1,6 millones de ciudadanos, pero hay 6,5 millones de potenciales dependientes.
Hacer frente a esa realidad obliga a establecer copagos. Ya los hay en el gasto farmacéutico, aunque tan tímidos que apenas tienen incidencia. Ejemplo, un pensionista con unos ingresos anuales de 100.000 euros no paga más de 61,7 euros al mes por la compra de medicinas, con independencia de la cantidad que retire y el precio en el mercado. El copago permitirá que la gente sin recursos tenga gratis la plaza en el geriátrico, con la ayuda del resto. Al crecer los demandantes de la Dependencia, el sistema colapsará si los usuarios de rentas medias y altas no asumen compromisos con el sistema.