Guillermo Peláez, consejero de Hacienda del Principado, se mostró de acuerdo con las declaraciones realizadas por Pedro Sánchez sobre los impuestos al inaugurar el curso político. El presidente del Gobierno se comprometió a acabar con la «carrera de rebajas fiscales a las grandes rentas y patrimonios». Se refería a la competición entre regiones para captar para su territorio a las personas más acaudaladas. Sobre este asunto, Pedro Sánchez volvió a decir que Díaz Ayuso hace ‘dumping’ fiscal con regalos tributarios a sus amigos. Remató la crítica asegurando que de esa forma «no se defiende la igualdad entre españoles». Para Peláez las palabras de Sánchez ratifican el discurso del Principado, que lleva años defendiendo la armonización fiscal. El consejero de Hacienda aseguró que es «necesaria la armonización en los tributos que gravan la riqueza para combatir la desigualdad».
Empecemos por afirmar que Pedro Sánchez no ha elegido el momento más oportuno para ponerse a hablar de regalos fiscales a los amigos ni para levantar la bandera de la armonización fiscal, cuando acaba de asestar el mayor golpe dado en la democracia a la igualdad de personas y territorios, avalando la soberanía fiscal catalana, que se basa en el enorme privilegio de quedarse con toda la recaudación fiscal y gestionarla como le venga en gana. A ello hay que añadir la quita unilateral de 15.000 millones de deuda a la Generalitat que la vicepresidenta, María Jesús Montero, reconoce que está ultimando. En ese contexto hablar de armonizar los tributos que gravan la riqueza para combatir la desigualdad parece una broma. Si se quiere luchar contra ella, lo primero que hay que hacer es distanciarse del cambalache catalán, porque acaba con un sistema de distribución de recursos (el modelo de financiación autonómica) que, con todos sus defectos, es el intento más serio realizado en la etapa autonómica para compartir la riqueza entre territorios ricos y pobres.
La obsesión con la Comunidad de Madrid y con su presidenta, Díaz Ayuso, es ya un clásico del sanchismo. Hablan de regalos fiscales, desigualdad, etc., sin tener la decencia de reconocer que el 71,6% del Fondo de Garantía, del sistema de financiación, lo aporta Madrid con sus recursos, mientras el resto de comunidades se financia con ese fondo, con la excepción de Cataluña, que aporta la tercera parte que Madrid, y Baleares, que pone una cantidad menor. La Comunidad de Madrid es, de largo, la más solidaria de España. Los números no engañan.