PSOE, IU-Convocatoria por Asturias y la diputada Tomé han registrado una iniciativa para reformar el artículo 4 del Estatuto de Autonomía, que está dedicado al bable. El resto del Estatuto, por ahora, no tienen voluntad de reformarlo. La intención de los dos partidos y de la señora Tomé es convertir Asturias en un territorio trilingüe: castellano, llingua y eonaviego. Un caso único en Europa: en 10.000 kilómetros cuadrados brotan tres lenguas oficiales. Artículo 4.1 del Estatuto: «El bable goza de protección. Se promoverá su uso, su difusión en los medios de comunicación y su enseñanza, respetando en todo caso las variantes locales y la voluntariedad de su aprendizaje». Me interesa destacar dos asuntos. Nuestro Estatuto de Autonomía habla del bable, mientras que los impulsores del modelo trilingüe se refieren a la llingua y al eonaviego como potenciales lenguas oficiales. La irrupción o creación de esta última lengua (eonaviego) es notable, porque hace cuatro décadas, cuando los partidos políticos discutieron sobre la redacción del Estatuto de Autonomía, no tuvo ningún valedor. Como si no existiese. Segundo asunto: en el Estatuto se pide respeto para «las variantes locales», mientras que en el sistema lingüístico que defiende la izquierda dejó de haber esas variantes. Las lenguas evolucionan, sin duda, pero cuarenta años es un periodo demasiado corto como para que una lengua caiga en desuso (bable), otras desaparezcan (variantes del bable) y una tercera surja entre dos ríos (eonaviego), cual Mesopotamia moderna. Demasiada política para tan poco hablante en la calle.
En la pasada legislatura, la FSA y el Gobierno socialista pusieron toda la carne en el asador para imponer la cooficialidad de la llingua y el eonaviego, pero fracasaron. Les salían los números si el diputado de Foro Adrián Pumares se sumaba al discurso único. En la dirección de Foro había nacionalistas infiltrados, pero, al final, el partido creado por Cascos puso condiciones ajenas a la lengua para sumarse a la cooficialidad y el artefacto lingüístico se cayó al suelo.
Ahora no salen los números, así que la iniciativa es algo meramente teatral. No nos debe extrañar, porque en la Junta General del Principado siempre hay un hueco para perder el tiempo. Los portavoces de la izquierda dicen que obligarán a posicionarse a la derecha. ¿Cómo puede Dolores Carcedo hacer ejercicios trilingües si hace cinco años, como miembro del Gobierno de Javier Fernández, era contraria a la cooficialidad?