En la última Conferencia de Presidentes Pedro Sánchez informó que iniciará en enero la negociación con las autonomías para condonar parte de su deuda. La iniciativa del presidente es una consecuencia de la condición impuesta por ERC para apoyar la investidura de Sánchez, consistente en reducir el 20% de la deuda catalana adquirida con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Con esa premisa se pretende iniciar la ronda de reuniones, aunque no es fácil llegar a un modelo de condonación que sea equitativo para todas las regiones.
Fade considera injusta la quita del 20% de la deuda, que en el caso de Cataluña supone un alivio de 14.662 millones de euros. Esgrime como primera razón que la medida supone un premio para los gobiernos incumplidores (los más endeudados). Asturias es unas de las regiones con las cuentas más saneadas, al tener una deuda del 15,1% en relación al PIB. El promedio de las comunidades es del 22,2%. Otro aspecto desfavorable para nuestra región es el escaso uso que se hizo del FLA. Sólo un 17% de la deuda se contrajo con el FLA, mientras que el promedio de las comunidades fue del 60,9%. Si se aplica la condonación siguiendo la pauta del modelo acordado con los catalanes, Asturias tendría una reducción del 0,5% del PIB, mientras en Cataluña sería del 5,3% del PIB y en Valencia del 7,3%.
La crítica de la Fade es muy rigurosa, como siempre que la argumentación viene avalada por las cifras. Al Principado le toca, ahora, elegir la estrategia para pactar un sistema equilibrado. El primer paso es poner en pie de igualdad el endeudamiento por la vía del FLA -en definitiva, con el Estado- y la deuda suscrita con intermediarios financieros. Por las declaraciones, tuve la impresión de que Barbón lo da por hecho, pero hace falta confirmarlo explícitamente. El segundo paso es introducir la variable de la población, para que el esfuerzo del Estado para absorber deuda autonómica sea proporcional. Aplicar el 20% de la deuda, sin más consideraciones, es una barbaridad, ya que Cataluña recibiría 85 veces más de dinero que Asturias, sin llegar a tener ocho veces más de población. Tengamos en cuenta que la quita es como aportar un plus de financiación a todas las regiones y no se puede hacer obviando la población. Nosotros debemos recibir una cantidad superior a nuestra deuda. Si Cataluña va a recibir una ayuda de 14.662 millones, por población nos corresponden 1.855 millones. Aceptar el molde catalán, sin matices, supondría recibir 171,6 millones. Una tomadura de pelo.