El lunes habrá una reunión muy importante para el porvenir de la España autonómica, tal como la hemos conocido hasta ahora, basada en un sistema de reparto de recursos que combina los ingresos de cada región con fondos de solidaridad. El Estado también colabora cediendo impuestos. Ese sistema tiene una clara excepción, el modelo de financiación de vascos y navarros (en el fondo es el mismo) que se quedan con el 100% de la recaudación fiscal y pagan un cupo por las competencias que el Estado presta sin ser transferidas a esas regiones. Un privilegio basado en los brumosos derechos históricos de los territorios forales, que encuentran amparo en la disposición adicional primera de la Constitución.
Cataluña quiere gozar de ese mismo privilegio y el Gobierno de Pedro Sánchez pactó con Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) que la Generalitat se apropie de toda la recaudación fiscal y posea una agencia tributaria propia. Un escándalo mayúsculo, que ahora, tras la última reunión de cuatro horas entre Sánchez-Illa, se va a empezar a tramitar. El lunes se reunirá la comisión bilateral Gobierno-Generalitat para tratar los detalles. Luis Venta (PP) y Adrián Pumares (Foro) levantaron la voz para afirmar que es «el fin de la caja única», «la ruptura del régimen común de financiación», «el desmantelamiento del modelo de multilateralidad en el diálogo territorial», etc. Venta preguntaba: «¿apoyarán los diputados socialistas asturianos en el Congreso este modelo de financiación a medida para Cataluña, pese al daño que implica para Asturias?».
Los casos de insubordinación de los diputados nacionales, rompiendo la disciplina de voto, son contados. Nunca los diputados de una región, en bloque, votaron en contra el sentido del voto acordado por la dirección de su grupo parlamentario. Sin embargo, sí toca plantearse qué hará el Principado. Cuál será la postura del presidente de la comunidad autónoma sobre una medida que quiebra los fondos de solidaridad que tiene el modelo de financiación autonómica y de los que Asturias se beneficia todos los años. No es de recibo que el Gobierno presidido por Adrián Barbón guarde silencio al ver cómo el Gobierno le concede el privilegio a Cataluña de quedarse con el 100% del IRPF (parece que ese será el primer paso), mientras a Asturias sólo le transfiere el Gobierno el 50% de la recaudación de ese impuesto. La táctica de extender un manto de silencio no va a servir porque en Asturias, como en el resto de España, hay prensa libre e independiente.