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Juan Neira

LARGO DE CAFE

IDENTITARIOS VERSUS SENSATOS

El Día de Asturias tiene la particularidad de coincidir con el inicio del curso político. Está atado a una fecha del calendario que invita a escrutar lo que dará de sí la actividad política, económica, laboral, académica, etcétera, a lo largo de los próximos diez meses, hasta que los calores de julio conviertan a todos los empleados en fijos discontinuos.

Llegamos en esta ocasión al 8 de septiembre con el olor de los incendios forestales metido entre la nariz y la memoria. Todo el verano quedó comprimido en los quince días de emergencias. El resto no existió. Venimos de una catástrofe en el medio rural que se ensañó con la comarca más olvidada: el suroccidente. Alguna vez escribí en estas líneas que el suroccidente es ancho y ajeno como la novela de Ciro Alegría, donde las gentes de Rumi luchan por sus tierras. En unos meses hubo el mayor accidente minero del siglo (Degaña) y el segundo mayor incendio (Degaña, Ibias, Somiedo).

Urge tomar medidas, porque los siniestros de 2023 y 2025 tendrán réplicas más pronto que tarde. Me tranquilizaría saber que Barbón tiene un calendario donde están marcadas las fechas de las nuevas contrataciones de personal, las tareas de desbroce, las quemas controladas que no permite la Consejería de Medio Rural y Política Agraria. No cabe discutir si hay que optar por lo urgente o por lo importante, porque esta vez urgencia e importancia coinciden: prevenir los fuegos, proteger los pueblos.

Atasco
Empieza también el curso político nacional. En realidad, no comienza porque está atascado como un ascensor que quedó colgado entre pisos. Si alguien duda de la parálisis en la política española deberá mirar para los inmigrantes menores de edad hacinados en Canarias y observar, por otra parte, la incapacidad para resolver el problema de la vivienda, así comprenderá que nadie gobierna. Se sigue hablando de Sánchez, pero desde un prisma distinto. La gente se asombra de su extrema delgadez. El otro día le oí decir a una colega que las mangas de los trajes le quedaban largas. Puestos a hablar de su físico, a mí me admira que se le hayan borrado las mínimas arrugas que asomaban en su frente. Tengo la impresión de que la experiencia de Sánchez, como presidente de un gobierno en minoría sostenido por apoyos intermitentes de los partidos más pequeños y malvados de España, se acerca a su fin si no logra presentar un proyecto de Presupuestos Generales del Estado que sea aprobado por el Congreso de los Diputados. Ni la perorata absurda de Albares, que es un histriónico López Vázquez vestido de ministro, que trata de convertir el vascuence y el catalán en lenguas diplomáticas, es capaz de estirar el guion de la gobernabilidad.

Estados
El Día de Asturias, como el de las festividades regionales de otros territorios, cobró más importancia en este siglo, porque las comunidades autónomas se disfrazan de pequeños Estados. Ya tenemos el reflejo de los territorios soberanos: cuando se quema el monte, apagamos las llamas de nuestra ladera. Las tensiones centrífugas provocadas por tantos líderes regionales debilitan el Estado. Y Asturias necesita para progresar de un Estado fuerte.

En el Día de Aragón de 2023, Javier Lambán decía que «Aragón tiene más talento que nadie para afianzar la convivencia en España» y que, en esa tierra, «frente al ruido, el fanatismo y la polarización se habían alcanzado cotas razonables de entendimiento y moderación». Tal parece que estaba hablando de Asturias.

El encaje de nuestra región en la España de las autonomías es armónico. No tenemos problemas de identidades; participamos, a la vez, de la doble condición de asturianos y españoles. Por eso somos una tierra tan pacífica, abierta como pocas a los forasteros. Se nota que somos los herederos de las brillantes generaciones liberales del siglo XVIII, con Fray Benito Jerónimo Feijoo a la cabeza.

Vagón
La ausencia de conflicto identitario no evita que tengamos problemas y dificultades en todos los órdenes. Hay un dato, suministrado por Fedea, que lo dice todo: en el periodo que va desde la aprobación de la Constitución hasta el año 2022 (cuarenta y cuatro años), la comunidad autónoma en que menos creció el PIB es Asturias. Somos los últimos, con un incremento del 69,3%, muy lejos de los penúltimos: Cantabria, con el 110,5%. También es en Asturias donde menos creció la masa salarial. Se multiplicó por diez desde hace cuarenta y cuatro años, mientras que en España se multiplicó por diecisiete. Recuerdo a un presidente del Principado que no le gustaba que escribiéramos que Asturias viajaba en el furgón de cola, pero lo cierto es que todavía no cambió de vagón.

En vez de hablar estos asuntos, el discurso oficial respira optimismo por todos los poros de la región. Todo va bien. Puestos a trabajar en una dirección el Principado ha elegido la vía de la pulsión identitaria. Concentra sus energías en luchar para que tengamos tres lenguas oficiales. No hay otro territorio europeo que acumule tantas lenguas oficiales en 10.600 kilómetros cuadrados. Tendremos también otro récord: contar con las dos lenguas (bable, eonaviego) con menos hablantes de toda España.

Es preciso hacer el viaje de vuelta hacia el sentido común. Juan Cofiño hizo el otro día un ejercicio de sensatez explicando las razones por las que el Día de Asturias debe ser el 8 de septiembre. También pidió acuerdos transversales entre partidos. ¿Recogerá alguien la propuesta de Cofiño?

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por JUAN NEIRA

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