La reforma fiscal impulsada por el Gobierno de coalición de la izquierda (PSOE e IU-Convocatoria por Asturies) y apoyada por la diputada Tomé, ex de Podemos, ha sido aprobada en la Junta General del Principado. Entre los tres grupos y Tomé suman 23 escaños, cruzando el umbral de la mayoría absoluta. La oposición de derechas tiene 22 diputados. En la Cámara asturiana, un escaño separa a los dos bloques, así que si actúa unida la izquierda tiene capacidad de decisión, mientras no se necesiten mayorías cualificadas (ejemplo, la cooficialidad de las lenguas).
En agosto de 2014, el Gobierno de Rajoy, apoyándose en la mayoría absoluta obtenida en las urnas, aprobó una reforma fiscal. A los tres años de aplicarse la Agencia Tributaria señaló que afectaba al 72% de los contribuyentes, y de media suponía una rebaja del 12% para los declarantes. Para las rentas inferiores a los 18.000 euros, la rebaja de media era del 31,06%. En la reforma fiscal aprobada ayer por el Parlamento asturiano, las rentas más beneficiadas son las inferiores a los 35.000 euros; con la reforman del IRPF ahorran 119 euros. También tienen un microscópico ahorro las rentas superiores a los 35.000 euros e inferiores a los 55.000. A partir de ese umbral la reforma es neutral. Es decir, la reforma no va con ellos, siguen como estaban. Hay que ir al reducidísimo grupo de las personas que tiene unos ingresos superiores a los 175.000 euros anuales para que el tipo se incremente en medio punto. La reforma también implica una minúscula modificación en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, que va destinada a los propietarios de más de diez viviendas (cinco si es zona declarada como tensionada). Si compran otra vivienda les pondrán un gravamen del 20%; para el resto de mortales el gravamen es del 15%.
Recuerdo que en 2014 los periódicos se llenaron de artículos de opinión de profesores de Hacienda Pública y expertos fiscales calificando la reforma del Gobierno Rajoy de ocasión perdida. Carecía de cambios sustanciales. Pues bien, aquella reforma comparada con las modificaciones fiscales aprobadas ayer en la Cámara asturiana, era una revolución. ¿Cómo se puede decir que la reforma del Gobierno de coalición de la izquierda favorece a las rentas más bajas, si todo el beneficio es de 119 euros, en el mejor de los casos? ¿Cómo se puede pregonar que es progresista si el Gobierno no deflacta el IRPF y los trabajadores pierden más por esa vía de lo que ganan con la calderilla de los cambios?