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Juan Neira

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PROHIBIR ES PROGRESAR

Comisiones Obreras no quiere que haya universidad privada en Asturias, una de las pocas regiones que aún no cuenta con ella. El sindicato interpuso un recurso contencioso-administrativo contra la Universidad Nebrija que quiere abrir un centro adscrito en Avilés y contra la Universidad Alfonso X ‘el Sabio’ que pretende hacer lo mismo en Oviedo. Comisiones considera que la pretensión de contar con centros adscritos vulnera la normativa autonómica que sólo permite tener centros adscritos a la Universidad de Oviedo. Otro argumento que esgrime para impedir el desembarco de las privadas, se basa en que la normativa reciente (año 2025) exige a cualquier universidad ofertar diez grados, seis másteres y tres programas de doctorado repartidos por cinco ramas del conocimiento, además de una cantidad mínima de alumnos, residencias y otras infraestructuras.

Los jueces valorarán la solidez de la demanda, pero desde una perspectiva política y social, los dos argumentos son puramente burocráticos. ¿Por qué la universidad pública va a tener el privilegio de ser la única que puede tener centros adscritos? ¿Por qué se necesita una amplia variedad de titulaciones, equipamientos residenciales, etc., para impartir enseñanzas superiores? Hay todo tipo de tamaños y equipamientos en los países que tienen muchas universidades privadas.

Dejando a un lado la argumentación jurídica, vayamos al análisis de Comisiones que motiva la exclusión de las universidades privadas. Asegura que las privadas ponen en riesgo el modelo de universidad pública. Vamos a ver, la Universidad de Oviedo seguirá teniendo el mismo tipo de financiación, no perderá ni un euro. Se lo pagamos entre todos, incluyendo estudiantes y familias que optan por las privadas. En el caso de que sufra la universidad pública merma de alumnos será porque las privadas, a pesar de cobrar sustanciosos derechos de matrícula, son preferidas por un sector de la población, bien sea por la cuestión de la empleabilidad o por otras razones. Les acusan de «sacar rentabilidad de estudios muy concretos con alta demanda». Lógico. Ofertan el grado en Medicina porque en la pública sólo hay 165 plazas en primer curso. Sin embargo, hace cincuenta años había 500 alumnos. ¿No tienen derecho los jóvenes a estudiar en otras universidades cuando la pública les cierra las puertas? ¿Cómo se puede combatir la llegada de universidades privadas que aumentan la oferta de estudios, cuando la pública es gratis? Cómo les gusta prohibir.

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por JUAN NEIRA

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