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Juan Neira

LARGO DE CAFE

BASES CONTRA ELITES

En la carta enviada por cinco diputados asturianos del PP al presidente del Comité Nacional de Derechos y Garantías del partido, pidiendo la apertura de un expediente disciplinario para Gabino de Lorenzo, se hace una descripción detallada de los dislates del alcalde de Oviedo, con un comportamiento que en ningún partido serio se puede permitir. Una de las últimas pruebas del atrabiliario proceder de Gabino es la identificación que hace entre los militantes que apoyan a Álvarez-Cascos con la kale borroka, vivero del activismo etarra. En un partido como el PP, nadie había calificado de filoterroristas a un sector de la organización. De Lorenzo ha lanzado una velada amenaza a Mariano Rajoy al considerar que se cometería una cacicada si se eligiese a otro candidato que no fuese Pérez-Espinosa, nombrada por el alcalde de Oviedo.

Todo lo que ha hecho De Lorenzo en los últimos tiempos guarda una enorme semejanza con las actuaciones realizadas en los meses previos a las elecciones generales de 2008. En aquella ocasión, el alcalde de Oviedo se autoproclomó cabeza de lista del PP al Congreso de los Diputados, sin consultar con nadie. Pero no sólo se autonombró candidato sino que eligió los principales puestos de la lista, con un destacado lugar para Pilar Fernández Pardo. Gabino explicó que había escogido los mejores, sin aportar más pruebas que su propio gusto, porque se trataba de dirigentes que habían sido derrotados en otros comicios.

Precedente

El presidente del PP, Ovidio Sánchez, realizó unas tímidas declaraciones advirtiendo que la lista la confeccionaba la dirección nacional, y el alcalde de Oviedo descalificó a Ovidio diciendo que sólo le preocupaba su sillón y que tenía una larga biografía de derrotas electorales. Luego, realizó una campaña espectacular, con frases altisonantes, y una puesta en escena inolvidable: compareció con boina en Gijón, acompañado por Fernández Pardo, y soltó aquella frase de “Tarzán y su puta madre buscan piso en Alcobendas”. Así logró cimentar la mayor derrota del PP en quince años. El PP pasó de ganar en el año 2000 las elecciones generales por 60.000 votos, con Cascos de candidato, a perder en el año 2008 con De Lorenzo al frente de la lista, con 40.000 votos menos que el PSOE. De Lorenzo, como todos los autócratas, no había previsto tamaño batacazo y renunció a acudir a Madrid a recoger el acta de diputado.

De la conducta de Gabino de Lorenzo en el año 2008 conviene quedarse con lo esencial: la presentación de una política de hechos consumados y el recurso al ataque personal para reprimir cualquier intento de contestación a sus decisiones. Hace dos años cargó contra Ovidio Sánchez y se encaramó al primer puesto de la lista, ahora lanza una diatriba contra Álvarez-Cascos y pone a Pérez-Espinosa al frente de la candidatura. Gabino actúa sin guardar el menor respeto a los procedimientos.

Pese a la identidad de las situaciones, el resultado es muy distinto, porque hace dos años tenía en frente a Ovidio Sánchez y ahora se mide con Álvarez-Cascos. Dos dirigentes con características personales y políticas antitéticas. Ovidio Sánchez siempre careció del apoyo de las bases; no se conocen seguidores de Ovidio y su pensamiento político. La forma de retener la presidencia por parte de Ovidio consistió en el pacto de oligarquías, a través del apoyo directo de Gabino de Lorenzo, Pilar Fernández Pardo y Joaquín Aréstegui, que pusieron los votos de Oviedo, Gijón y Avilés. Como contrapartida, el presidente del PP se puso al servicio de Gabino de Lorenzo, dando cobertura a todas sus maniobras.

Las firmas

Por su parte, Álvarez-Cascos cuenta ya con más de 7.000 firmas de militantes del PP pidiendo su candidatura. Más allá del censo de militantes, el sector social que vota al PP pide que el ex ministro sea candidato. Entre el empresariado, la demanda es un clamor. Desde el inicio de la democracia, nunca la derecha asturiana tuvo tan claro lo que quería, y tampoco se recuerda otra ocasión en que una pandilla de irresponsables pusiera tantas zancadillas.

En el informe que entregó el 21 de junio a Ana Mato, Álvarez-Cascos describe la gangrena que padece el PP asturiano, con su declinante trayectoria electoral y la falta de actividad orgánica. Para remediar esos males propone la celebración de un congreso con el voto de todos los militantes. A De Lorenzo esa propuesta le parece una cacicada. Si decide sólo Gabino es un ejemplo de democracia, pero la consulta a toda la militancia es propia de caciques. El argumento crea jurisprudencia.

Llegados a este punto debe calificarse de muy acertada la iniciativa de la recogida de las 7.000 firmas, porque prefigura el resultado de un congreso con voto de todos los afiliados. Toda la estrategia del bando de Gabino, Fernández Pardo y Ovidio Sánchez se basa en dos apoyaturas falsas: la suplantación de los órganos del partido por una partida de notables y la negativa a considerar el parecer de las bases del PP. Ni valen los órganos elegidos en el congreso ni se tiene en cuenta a los que votan en los congresos.

No estamos en presencia de un pulso entre Cascos y Espinosa, sino entre las bases del partido y un grupito de elite. Rajoy tiene ante sí dos soluciones: la celebración del congreso, dadas las enormes irregularidades cometidas, o la elección de Cascos como candidato, atendiendo el deseo de militantes y votantes, al frente de una lista de integración en la que tendrían cabida algunos dirigentes del oficialismo.

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por JUAN NEIRA

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