Aprobados los Presupuestos Generales del Estado para el año 2011, en una sesión que dio el visto bueno a normas pretenciosas e inútiles, como la Ley de Economía Sostenible, y otras de gran interés ciudadano, como la reforma de la Ley Antitabaco. Las cuentas quedaron atadas en una negociación directa de Zapatero y Elena Salgado con los dirigentes del PNV y de Coalición Canaria. El grupo nacionalista vasco demandó cobertura presupuestaria para cuestiones relacionadas con políticas de empleo, que acabaron comportando una factura cercana a los 500 millones de euros. Sumados todos los conceptos, el País Vasco obtuvo más de 1.700 millones. Las Canarias se conformaron con cerca de 500. La negociación se produjo a principios del otoño y todo el mundo dijo que Zapatero había logrado blindar la legislatura a través de un pacto estable con nacionalistas y regionalistas. Ahora, con la crisis de los mercados apretando y el personal doblemente alarmado, se especula con la personalidad del sucesor.
Los Presupuestos Generales del Estado contemplan una inversión por habitante en Asturias muy superior a la media de otras regiones, pero esa posición en el ranking no sirve de consuelo. En el presente año, el Gobierno central invirtió 923 millones en nuestra región, el 9,2% menos que el año precedente. El maná ya había empezado a descender. Para el 2011 recibiremos 556 millones, el 40% menos que en el actual ejercicio. En dos años, la inversión quedó reducida a la mitad. Estamos en un momento de ajuste y la prioridad del Gobierno central es reducir el déficit público. Sin embargo, Asturias tiene proyectos importantes inconclusos, como la variante de Pajares o la autovía del Cantábrico. No quiero pensar la reducción presupuestaria que hubiéramos sufrido de haber finalizado ya la construcción de las infraestructuras de transporte.
El presupuesto de 2010 sufrió una rebaja a finales de enero y una profunda reestructuración del gasto a mitad de año. Aunque ahora la atención está centrada en la reforma de las pensiones, no hay que descartar un próximo recorte en las cuentas para lanzar un mensaje de tranquilidad a nuestros acreedores. Un presupuesto confeccionado a tres bandas, PSOE, PNV y CC, no ofrece garantías de perdurabilidad. Como no se hizo un gran pacto de Estado, toca hacer chapuzas cada trimestre. Un año de transición.