Cuervas-Mons considera muy graves las denuncias sobre actuaciones corruptas de la Sindicatura de Cuentas conocidas tras el robo de correos revelado hace un par de días. Según el diputado de la oposición se trata de corrupción pura y dura. Lo más llamativo del asunto es que Cuervas-Mons asegura que no conoce el contenido de los mensajes. Sabe que hay corrupción pero no la pudo comprobar. Cabe deducir que el diputado del PP ha leído la diatriba del delincuente que robó los mensajes y firma con el seudónimo de Voxpopulis (sic), pero no tiene ni idea de los nombres y datos que hay en los correos. Es de todo punto inusual que un portavoz parlamentario comparezca públicamente para hacer una acusación tan inconsistente, porque se basa en dar fiabilidad a lo que un anónimo delincuente deduce sobre algo que no pudo o no quiso comprobar el diputado.

Desde que el síndico mayor, Avelino Viejo, remitió el informe del palacete de Villa Magdalena al Tribunal de Cuentas, el grupo parlamentario del PP dio un giro de 180º en su estrategia acerca de la Sindicatura. Hasta entonces, los informes de la institución fiscalizadora servían de munición contra el Gobierno regional. El grupo parlamentario del PP se pasó la legislatura entretenido con dos temas: los fondos mineros y los informes de la Sindicatura. Todo iba sobre ruedas hasta que los síndicos auditaron la gestión del Ayuntamiento de Oviedo en Villa Magdalena. Una cosa es revisar las cuentas del Huca o de Laboral Ciudad de la Cultura y otra muy distinta poner los ojos sobre el palacete que De Lorenzo convirtió en biblioteca. La reacción del grupo parlamentario popular fue desmedida, porque pidieron la supresión de la Sindicatura de Cuentas. Tengo curiosidad por ver si en el programa electoral del PP se incluye el cierre de la Sindicatura de Cuentas o si el anuncio fue un simple desahogo emocional de un par de diputados. En cualquier caso, lo que no es de recibo es que un organismo de inspección sea bueno cuando critica o amonesta a los rivales y malo cuando hace lo mismo con los amigos.

El caso de los correos robados está en manos de la Policía. Aunque carecemos de datos sobre el particular, no entiendo por qué Cuervas-Mons no se plantea como hipótesis que un ladrón de correos carece de diques morales para evitar su manipulación. Que el PP avale las opiniones de Voxpopulis (sic) es inaudito.