Álvarez-Cascos presentó el programa sobre Sanidad de Foro Asturias, que está presidido por la idea de garantizar la igualdad de los asturianos en la accesibilidad a las prestaciones sanitarias. Foro Asturias establece la elaboración de una guía que fije las condiciones materiales de los centros de Atención Primaria, el personal de los mismos y el material clínico, de modo que todos los centros de salud y ambulatorios estén en las mismas condiciones para atender las demandas de los pacientes, estén ubicados en zona urbana o rural. En el programa destaca el compromiso para reducir las listas de espera, de modo que cualquier paciente pueda ir a un hospital distinto al que le corresponda por cercanía, en el caso de que en el suyo no le puedan atender en el plazo establecido. También pueden ir los enfermos a centros concertados, en el supuesto de de que los hospitales públicos hayan rebasado el tiempo marcado para atender a los pacientes. Los centros concertados también tendrán la obligación de publicar sus listas de espera.
En el programa se opta por las unidades de gestión clínica en la Atención Primaria, señalando el buen resultado que ha dado la experiencia piloto seguida. Se quiere hacer lo mismo con los hospitales, pero corrigiendo los defectos vistos en la aplicación de esas unidades en el Huca, por ser demasiado grandes a través de la fusión de varios servicios.
Lo que más me satisfizo es ver que, pese a la batalla electoral, por fin podemos comprobar que se rompe con la tendencia al sectarismo. En Asturias, las unidades de gestión clínica son una iniciativa del actual consejero de Salud, Ramón Quirós. Valen para el PSOE y para Foro Asturias. Es sencillamente ridículo que la gestión sanitaria o la red de carreteras tenga que enfrentar, por definición, a la izquierda o la derecha. Digámoslo alto: ese juego maniqueo vale para el público de los mítines, pero más del 90% de la gente está al margen de esas divisiones artificiales. Claro que hay ideologías, y todos estamos más cerca de unas que de otras, pero no puede ser que las listas de espera o la gestión eficiente de los recursos sanitarios tengan que ver con la visión general sobre capitalismo y socialismo. Es evidente que unos políticos gestionan mejor que otros, pero todos pueden participar de unos mismos puntos de partida. De la Sanidad no se puede hacer una trinchera.