En su carta pastoral semanal, Sanz Montes ha reflexionado sobre las próximas elecciones autonómicas y municipales. El arzobispo de Oviedo afirma rotundamente que la Iglesia católica no tiene partido político. Este es un hecho conocido. A lo largo del siglo XX hubo dos iniciativas para crear un partido confesional; la primera se desarrolló en la II República, por iniciativa de Herrera Oria, y luego en el franquismo, Ruiz Jiménez y Gil Robles, cada uno por su lado, quisieron vincular sus pequeños grupos a la Internacional Democristiana. Así como en Italia la Democracia Cristiana fue el pilar del Estado postfascista, en la actual España democrática los partidos de derecha (UCD, CDS, PP) no fueron impulsados por la Iglesia.

Desde la independencia, Sanz Montes orienta a los católicos ante la consulta electoral. Según el arzobispo de Oviedo, se trata de elegir entre candidaturas que defiendan la vida en todas sus fases, la maternidad y los retos de la familia. La familia, la maternidad y la vida son inatacables por definición. Cualquier maquinación contra ellas es delictiva. De hecho, la maternidad es especialmente valorada en Asturias dada nuestra baja tasa de natalidad, y se discute la introducción de medidas (guarderías, normas de conciliación) para que las parejas se animen a tener más hijos. Los aspectos más conflictivos para la Iglesia residen en la nueva modalidad de matrimonio entre personas del mismo sexo y, sobre todo, en la actual regulación legal de la interrupción del embarazo. La alusión a la vida en todas sus fases resulta inequívoca: la defensa del nasciturus. En ese sentido, San Montes no hace otra cosa que repetir la postura de la Conferencia Episcopal. Desde la guerra civil, no recuerdo una posición tan contundente por parte de la jerarquía católica sobre una norma del Estado.

Ante las elecciones, el arzobispo dice que existe el peligro de que se engañe demagógicamente al electorado. Sanz Montes asegura que tenemos ejemplos recientes donde “la mentira irresponsable ha ahondado una crisis económica”. Trabaja el calzado y es de León: Zapatero. No hacen falta más pistas. Sanz Montes se moja en una región en la que los obispos siempre fueron muy tolerantes con la izquierda en el poder. No se le puede negar sinceridad al prelado. Los que pedían “aggiornamento” a la Iglesia, ahí tienen una prueba de ello.