En un acto convocado para celebrar el logro de la Alcaldía de Gijón, por Carmen Moriyón, Álvarez-Cascos pronunció el discurso más político desde la noche electoral. El líder de Foro Asturias se refirió abiertamente a la presentación de una candidatura para las elecciones generales. Ya lo había anunciado en anteriores ocasiones, pero esta vez fijó los objetivos a lograr por un hipotético grupo parlamentario de Foro Asturias en el Congreso de los Diputados. Las elecciones generales pueden ser convocadas en cualquier momento después del verano. La situación es tan delicada que la fecha de las mismas ha dejado de estar en las exclusivas manos de Zapatero para depender de los vaivenes de la coyuntura económica. A los sobresaltos de la presión en los mercados financieros se suma la caída del consumo, el retroceso de la producción industrial y la rebaja de las previsiones sobre crecimiento del PIB. Un partido recién creado, como Foro Asturias, tiene mucha tarea por delante para poder competir en igualdad de condiciones con los dos grandes partidos estatales en una convocatoria de alcance nacional.
El principal argumento de Foro Asturias ante las pasadas elecciones fue presentar al PSOE y PP como dos caras de la misma moneda. Las culpas recaerían en los socialistas, por acción, y en el PP, por omisión. Para las elecciones generales, el principal reclamo de Foro Asturias será la necesidad de contar con un grupo propio en el Parlamento nacional para hacer oír la voz de Asturias. Las derivadas de ese argumento son muy fáciles de desarrollar, dado el escaso o nulo papel que tienen nuestros actuales parlamentarios en Madrid. Tienen una forma de hacer política tan discreta que parecen eurodiputados: viajes, dietas y el voto marcado por la disciplina de los grandes grupos. Es muy pronto para anticipar valoraciones, pero intuyo que esa línea argumental es más potente, aún, que la desarrollada por Foro Asturias en las elecciones autonómicas.
Expuestas las premisas, voy a donde quería ir: el anuncio de Foro de concurrir a las elecciones generales tiene una directa relación con lo que está pasando en Asturias desde la noche electoral. La beligerancia del PP, perceptible en el reparto de poder en la Junta General del Principado, no sólo tiene que ver con los intereses de Gabino de Lorenzo sino con la disputa de escaños a Rajoy.