Durante tres legislaturas no hubo cambios en las principales instituciones asturianas. Tras la convocatoria a las urnas todo seguía igual. Presidente del Principado y alcaldes de los municipios más poblados pasaban de estar unas semanas en funciones a inaugurar un nuevo mandato. La ausencia de modificaciones durante doce años hace que las tensiones vividas desde el pasado 22 de mayo resulten amplificadas. La renovación de los ayuntamientos ya se ha llevado a cabo, destacando como principal característica la primacía de los intereses municipales sobre las estrategias regionales de los partidos. Entre los intereses incluyo los desquites, como el protagonizado por los concejales del PSOE al integrarse en el gobierno del PP de Cangas de Narcea, dejando en minoría a IU. Cómo serán los deseos de revancha que ni la amenaza de ser expulsados del partido impide la alianza de los ediles socialistas con los conservadores. Bien pensado, la dirección de la FSA tampoco puede presumir de una política de pactos diáfana y rectilínea, porque después de pasarse un año abominando de la derecha, encumbra al secretario general del PP a la cúspide del poder legislativo.
Foro Asturias, el partido que ganó las elecciones, es el único que ha desplegado una gran actividad desde el día de los comicios. Cascos se reunió con los dirigentes del resto de partidos parlamentarios. Los dirigentes de Foro trataron de llegar a un acuerdo con el PP sobre el reparto de puestos en la Mesa del Parlamento, fracasando en el intento porque la oferta del PSOE era mucho más tentadora para los populares: apoyo para presidir la Cámara sin contrapartidas. El próximo martes se retomarán las conversaciones entre Foro y PP sobre la gobernabilidad del Principado. Los dirigentes de Foro protestaron por las medidas tomadas por el Gobierno regional tras las elecciones, que van desde los acuerdos para la compra de fármacos hasta la consolidación de empleos en la Administración autonómica.
Para completar el abanico de iniciativas, el partido de Álvarez-Cascos ha impugnado el proceso de fusión de cajas, pidiendo que Cajastur se transforme en una Fundación para garantizar los intereses de los asturianos. Estábamos en estas, cuando Monago (PP), presidente “in pectore” de Extremadura, también muestra sus reticencias hacia la operación. ¿Qué dirá ahora Pérez-Espinosa?