El Servicio Público de Empleo del Principado registró en el pasado mes de octubre 3.454 parados más que en septiembre. Un incremento del 4,2%, que nos sitúa nuevamente entre las cinco comunidades autónomas en las que más aumentó el desempleo. Así como en la fase inicial de la crisis económica el empleo asturiano resistía mejor que la media española, en el último año los papeles se han invertido y el paro crece más en nuestra región. Tenemos 85.576 desempleados, el 9,5% más que hace un año. Como el mercado de trabajo tiene un comportamiento cíclico, podemos afirmar que hasta el mes de marzo estará creciendo el desempleo y para esa fecha contaremos con más de 90.000 parados. Un récord muy triste.
Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre y la estadística del Servicio Público de Empleo del mes de octubre permiten afirmar que el paro está lejos de haber tocado fondo. El ministro de Trabajo ha dicho que volvemos a la situación de finales del año 2008, cuando empezó a crecer fuertemente el desempleo. No me parece una comparación correcta, porque entonces el porcentaje de paro era la mitad del que es hoy día. La situación es mucho más dramática que en aquella fecha y el Estado carece de instrumentos para adoptar medidas paliativas.
Ya iba a ser el paro el principal argumento de la campaña electoral, pero con los últimos registros del mercado de trabajo (cinco millones de españoles declarando que quieren trabajar y no pueden hacerlo) el desempleo ocupa todo el debate político, de tal modo que hablar de otras cosas parece una frivolidad. Es el peor escenario para los socialistas cuando arranca la campaña para la conquista del voto. El PSOE confía en atraer a los indecisos para dar la vuelta a las encuestas. No creo que haya mucha gente dudando entre el PSOE y otras opciones políticas, aunque es probable que haya un grupo amplio de antiguos votantes socialistas que no se sienten animados a votar. Vuelve la consigna de movilizar al electorado, como en la primavera pasada. Al igual que entonces se utiliza el recurso del miedo, diciendo que la derecha va a acabar con el Estado del Bienestar. Es cierto que la calidad de los servicios públicos está en riesgo, pero no por las aviesas intenciones de algún líder político, sino por los 5 millones de parados. A ver si nos aclaramos: el Estado del Bienestar es incompatible con tanto paro.