Ante los líderes territoriales del PP, Mariano Rajoy suspendió la promesa de aplazar a diez años las devoluciones de las comunidades autónomas al Estado por el exceso de dinero recibido en los ejercicios de 2008 y 2009. El próximo presidente del Gobierno señaló que los ejecutivos regionales tendrán que reintegrar 24.000 millones de euros en cinco años en el caso de que las cuentas del Estado tengan un déficit superior al estimado. Lo último que esperaban los dirigentes autonómicos del PP al empezar la reunión es que el jefe del partido y próximo inquilino de La Moncloa anulara la promesa realizada este verano de ampliar el periodo para amortizar la deuda con el Estado. Tras la intervención de Rajoy, a la jefa de Gobierno que peor le salen las cuentas de Europa es a Dolores de Cospedal, presidenta de Castilla-La Mancha, que va a acabar este ejercicio con un déficit de 3.600 millones (9,7% sobre PIB), y para el año que viene le va a endosar Rajoy doble ración: pagar en cinco años, lo que preveían solventar en diez.
Dejando a un lado la sorpresa, fastidio y preocupación de los presidentes y líderes autonómicos del PP, Rajoy cumple con su obligación de luchar desde el primer día contra el déficit público, al que calificó de “enemigo” en su discurso de la noche electoral. Hay que proteger las partidas sociales y se debe desbloquear el crédito, pero la primera obligación de todo gobernante en la Unión Europea es reducir la diferencia entre gastos e ingresos. Un gobierno que trabaja es el que reduce el déficit público. Cualquier otra orientación política sólo sirve para agravar los problemas.
El Principado ha presentado un plan para refinanciar la deuda creada con la construcción del HUCA y del Hospital de Mieres, que supone un ahorro de 414 millones sobre lo firmado por el Gobierno de Areces con el Banco Europeo de Inversiones. Una cantidad enorme de dinero que casi duplica la deuda oculta (211 millones) heredada por el actual Gobierno regional y que la oposición negó poniéndole la etiqueta de “gasto desplazado”. Bien, pues a estos 414 millones se les puede llamar “ahorro desplazado”. Una gestión acertada, sin alharacas, resumida en un número de tres cifras que evita recortes sociales. En materia de déficit, Cascos, como Rajoy, sabe que discutir la doctrina de la Unión Europea es un lujo que sólo se puede permitir la oposición.