Ante la dirección regional del PSOE, Javier Fernández pidió a Foro que pacte con el PP o que disuelva la Cámara y convoque elecciones. El partido del Gobierno dio la contestación natural, animando al PSOE a presentar una moción de censura.
Desde el día siguiente a las elecciones autonómicas, Javier Fernández demandó insistentemente el acuerdo entre Foro y PP. Para el secretario general de la FSA, el acuerdo de las ‘dos derechas’, como las denominaba en la campaña electoral, tiene la virtud de dejar a Foro alineado con el PP ante la sociedad asturiana. Hay que pensar que de los 16 diputados de Foro, diez fueron trasvasados directamente del PP, que pasó de 20 a 10 escaños, y los otros seis procedieron del PSOE, que obtuvo 15 escaños, frente a los 21 de la anterior legislatura. La dirección socialista considera que Foro recibió un voto de rechazo a los dos grandes partidos que volvería a su nicho natural al ver el pacto de Foro y PP. El análisis tiene su lógica y no hay nada que objetar, pero resulta contradictorio con la práctica seguida por los socialistas uniéndose al PP en todos los asuntos importantes. Tras más de cuatro meses de mandato, la petición de la unión de ‘las derechas’ es una cortina de humo para tapar el pacto de facto entre PSOE y PP. En unos casos por acción (Junta General del Principado, consorcio de residuos, televisión autonómica, declaración de patrimonio, Niemeyer, Caja de Ahorros) y en otros por omisión (Ayuntamiento de Oviedo). Apelar a la ideología (derecha/izquierda) para hacer lo contrario en la práctica es un truco que han utilizado multitud de veces los socialistas en España. El caso más reciente lo tuvimos en el discurso electoral de Rubalcaba, hablando de los recortes sociales de la derecha, cuando Zapatero ya hizo ajustes con funcionarios y pensionistas.
Las dos vías están abiertas, el acuerdo entre Foro y PP, y la moción de censura del PSOE con IU. Al PSOE, hay una tercera alternativa que le resulta más interesante: la prolongación de la actual status, con un Gobierno en minoría en la Junta General del Principado, mientras la oposición bloquea todas las iniciativas del Ejecutivo. De esto no se entera el PP asturiano, que prevé sacar réditos de la situación de indefinición. Dentro de un año la gente se habrá olvidado de Zapatero y no castigará al PSOE por neutralizar a Cascos. Caso muy distinto es el del PP.