Foro Asturias ha pedido las comparecencias parlamentarias de los directores de RTPA y Centro Internacional Cultural Óscar Niemeyer. La petición del responsable del ente de comunicación del Principado se debe a que, según los diputados de Foro, no aclaró en la anterior citación las cesiones ilegales de trabajadores en que incurre la RTPA, así como los modos de contratación irregulares. Foro Asturias quiere también dejar claro que la empresa ya tenía deudas con el anterior Gobierno, y que la retención de crédito aplicada por el Ejecutivo de Cascos se utiliza por la dirección de la RTPA como tapadera para disimular el déficit económico del pasado. En cuanto a Natalio Grueso, el grupo parlamentario de Foro desea que explique las cuentas del Centro Cultural Niemeyer y le recuerda que su gestión presenta aspectos asombrosos, como el impago de suministro eléctrico desde el pasado mes de marzo.
Al Parlamento van asiduamente los directores de empresas públicas. En el anterior mandato, la palma se la llevó González Marroquín, ex director del Idepa y jubilado de Hunosa, que fue reiteradamente reclamado por los diputados del PP para que dijera cuánto ganaba y otros asuntos de gran interés para la gobernabilidad de la región. En la RTPA, como en el caso del Niemeyer, hay cuestiones pendientes de esclarecer. No se entiende que la televisión autonómica recibiera más dinero que nunca el año en que el presidente Areces aplicó recortes generalizados en todas las consejerías, obligado por el ajuste aplicado por Zapatero. Tras ese enunciado general cabe entrar en muchos pormenores.
Lo que está pendiente en ambos entes es una negociación política, de forma que los actuales responsables no se amurallen tras la estructura de poder creada por el anterior Gobierno. Lo primero que hay que decir es que RTPA y Niemeyer tienen larga vida por delante para satisfacción y disfrute de los asturianos. Al igual que en cualquier otro organismo creado por la comunidad autónoma, el Gobierno regional debe estar suficientemente representado en los dos entes, cosa que no ocurría cuando estallaron las dos polémicas entre sus gestores y el Principado. Fijadas las premisas principales, se puede descender a los detalles, siendo conscientes de que para gestionar es mucho más útil apelar al diálogo con el Gobierno que optar por artificiales blindajes.