Aunque las Navidades sean vistas como un tiempo políticamente inhábil, nos han dejado tres novedades: el ajuste fiscal del Gobierno, el visto bueno a los presupuestos de los ayuntamientos de Gijón y Oviedo y el nombramiento de Delegado del Gobierno.
La coyuntura económica y las presiones internacionales obligaban a Rajoy a tomar medidas urgentes, pero nadie había previsto que el nuevo Gobierno se estrenara con una elevación del IRPF. Decir que el incremento es por dos años y llamarlo «solidario» parece un truco de los socialistas, porque toda medida de política económica es por un tiempo limitado y en cuanto a la solidaridad de la subida hay que advertir que es el argumento eterno de la izquierda para justificar la elevación del impuesto, por antonomasia, de las rentas de trabajo. La opinión pública aceptó las medidas de un Ejecutivo que cuenta con la enorme autoridad de haber ganado las elecciones por mayoría absoluta. De momento, la crítica se centra en la falta de explicación de las medidas, veremos lo que dice el respetable tras la reforma laboral, las nuevas alzas impositivas que llegarán en los próximos meses, y los recortes de gasto social.
El recorte
El ajuste del Gobierno implica la recaudación de 6.200 millones de euros más de ingresos (IRPF e IBI) y el recorte de 8.900 millones en las partidas de gasto. El recorte lo encabeza el Ministerio de Fomento (1.614 millones) e Industria (1.091 millones). Los dos ministerios de los que más depende Asturias. Los fondos mineros para financiar infraestructuras quedan eliminados, pero otros fondos que favorecen a algunas regiones, como Cataluña (759 millones de euros), Andalucía (1.504 millones en 2008 y 2009) o Baleares (350 millones) se mantienen intocables. El Principado consideró «inasumible» el recorte, aunque PSOE y PP consideraron prematura la protesta. Los únicos que alzaron inmediatamente la voz contra el recorte de fondos mineros fueron el Principado y los sindicatos de León.
Ayuntamientos
El Ayuntamiento de Oviedo ha aprobado sus presupuestos. Aunque De Lorenzo ha perdido la mayoría absoluta, las cuentas del 2012 las sacó adelante por goleada: 18 votos a favor y 3 en contra. La situación se volvió rocambolesca, porque el alcalde negoció las cuentas con un grupo que se abstuvo (PSOE) y contó con el apoyo de otro grupo (Foro) con el que no negoció.
El trueque del acuerdo de los socialistas consistía en aceptar las enmiendas parciales de este grupo a cambio de la abstención. El PSOE se lavaba las manos y De Lorenzo aprobaba los presupuestos. La cosa se complicó cuando Foro, por sorpresa, dio su voto al presupuesto, tras haber rechazado el PP negociar con sus concejales. Ni antes del pleno quiso el PP hablar con Foro ni tras la votación aceptó al Foro como aliado. De Lorenzo quiere tener lejos a Foro, para que nada enturbie su alianza estratégica con el PSOE. Prefiere mil veces más la abstención socialista que el apoyo de un grupo de centro-derecha que tiene más concejales que el PSOE. A partir de este asunto se explica todo lo que ocurre en la política asturiana. El resto es mera consecuencia.
En Gijón, el acuerdo negociado entre el gobierno de FORO y el grupo del PP salió a la luz cuando Ovidio Sánchez dio el visto bueno desde Oviedo. El pacto fue elaborado tras varias semanas de negociación, en las que el equipo de Carmen Moriyón integró las propuestas del grupo de Fernández Pardo. Hasta aquí, todo normal. El acuerdo no se dio a conocer a la opinión pública porque el grupo municipal del PP negoció en precario, sin la autorización de la dirección regional. Durante casi un mes, el PP mantuvo la ficción de que se seguía negociando cuando ya se habían acabado las reuniones y el acuerdo era completo. Al final, Ovidio Sánchez dio luz verde al pacto y el PP gijonés respiró aliviado. Es muy difícil de asumir que un grupo municipal no tenga autonomía para decir por su cuenta la aprobación o el rechazo a los presupuestos de su ayuntamiento y esté pendiente de lo que digan los mandamases de la dirección regional.
De Lorenzo
En víspera de la festividad de Reyes, De Lorenzo fue nombrado delegado del Gobierno. Ningún político abandonaría la Alcaldía de la capital para ser representante del Gobierno central, sino fuera porque la gestión municipal deviene en imposible. De Lorenzo tiene respaldo político (PSOE) para aprobar los presupuestos durante toda la legislatura, pero con Villa Magdalena y Cinturón Verde no le salen las cuentas.
Como todos los dirigentes hacen política siguiendo el dictado de sus necesidades, Gabino aprovechará el gran poder que tiene en la organización del PP y el control sobre el Ayuntamiento de Oviedo para ahondar en sus ataques a Cascos desde la plataforma de la Delegación del Gobierno. La ruina del Ayuntamiento de Oviedo quedará oculta tras la cortina de humo del conflicto regional. El primer paso a dar es el cuestionamiento del proyecto de presupuestos del Principado. Para De Lorenzo, como para el PSOE, es mucho más interesante la prórroga de los presupuestos, forzando al Gobierno regional a acudir a la Cámara para solicitar autorizaciones puntuales de crédito. Una tortura para cualquier Gobierno.
Los mismos que no reservaron un euro para pagar Villa Magdalena nos dirán que el presupuesto regional es irreal. Es mucho más sensato y progresista el recién votado presupuesto ovetense, que tiene como inversión estrella los tres millones dedicados a comprar plazas de garaje a Cinturón Verde. El Ayuntamiento toma el dinero de los ciudadanos para invertir en su propia casa.