El proyecto de presupuestos presentado en la Cámara contiene los requisitos básicos pedidos en todos los debates parlamentarios sobre la gestión de los recursos: el mantenimiento de los servicios públicos esenciales. En Asturias y fuera de Asturias se ha convertido en un mantra: sí a la operación de consolidación fiscal, siempre que queden salvaguardadas las partidas de Sanidad, Educación y Servicios Sociales. Para los tres departamentos hay más dinero que el destinado hace un año por el Gobierno de coalición de la izquierda y sólo en Sanidad se produce un recorte si tomamos como referencia el presupuesto reformado a mitad de ejercicio por el Ejecutivo de Álvarez-Cascos. Esta es la condición esencial demandada por Rubalcaba y Rajoy, por los portavoces de la FSA y los dirigentes de IU. Y por el PP asturiano, por supuesto.
Con unos consejeros tan remisos a hacer declaraciones, el Gobierno de Foro apenas se ha referido a la inversión productiva. Sin embargo, en este capítulo, la cantidad consignada en el proyecto presupuestario es relevante, 726 millones de euros, cuando el año anterior figuraban 906 millones. Cuando gobernaba, la izquierda siempre alardeaba de convertir las cuentas regionales en locomotora de la economía regional. En la actualidad, con el descenso de la recaudación tributaria, mantener un 80% de la inversión del pasado ejercicio es notable. Es imposible hacer una comparación por partidas, ya que, por ejemplo, el Gobierno de la izquierda recurría a endeudarse a través de la Junta de Saneamiento porque no computaba en el déficit, hasta que la ex ministra de Economía, Elena Salgado, les amonestó por el truco utilizado. Por otra parte, la inversión en Sanidad está condicionada por los compromisos plurianuales derivados de hospitales en construcción.
Pérez-Espinosa declaraba ayer en EL COMERCIO que para contar con el apoyo del PP, el proyecto presupuestario necesita «profundos cambios». Perfecto, para eso está la oposición. Lo que no se entiende muy bien es que a renglón seguido diga que las líneas básicas son sanidad, educación y servicios sociales, y que todo lo demás debe orientarse a apoyar a empresarios y emprendedores (inversión productiva). Una descripción muy aproximada de lo que es el proyecto del Principado. Con los números en la mano hay muy poco espacio para la retórica.