El Principado va a adaptar el proyecto de presupuestos, rechazado por el Parlamento, a las directrices del Gobierno central contenidas en la Ley de Estabilidad presupuestaria. ¿Cómo interpretar esta decisión?

El Ejecutivo autonómico renueva sus esfuerzos para que nuestra comunidad autónoma cuente con unos presupuestos que den respuesta a las necesidades de los servicios públicos regionales y puedan coadyuvar a estimular la actividad económica. Si esa es la meta, lo más lógico es que el Principado parta de la distribución de recursos decidida en su momento, tamizada por las obligaciones marcadas por el Gobierno de España a las comunidades autónomas. No se puede pedir al Ejecutivo que invente unas cifras completamente distintas, porque no cree en ellas. Los presupuestos son producto de razones, no de caprichos. En la sesión parlamentaria destinada a las enmiendas a la totalidad, el PP insistió en que las cuentas no concordaban con la política de estabilidad que propugnan Rajoy y Montoro, así que la acomodación de las mismas a esa normativa deberá ser bien vista por el PP regional.

Cuando se rechazaron los presupuestos, diversos dirigentes del PP, empezando por su portavoz en la Junta, Pérez-Espinosa, señalaron que no les dejaron colaborar en la confección de las cuentas. Es preciso reiterar que los gobiernos no comparten con potenciales socios la elaboración de los presupuestos. Los diputados del PP no pueden poner un solo ejemplo que avale este proceder que ellos consideran habitual en la vida parlamentaria. No siguieron ese protocolo ni Suárez ni González ni Aznar ni Zapatero. Otra cosa es que una vez aprobado el proyecto, el Gobierno se reúna con los grupos de la oposición y de esos encuentros salgan enmiendas parciales que se negocian para modificar el proyecto del Ejecutivo. Si se hubiera seguido esta práctica, entonces el PP sí hubiera demostrado que intentó apoyar al Gobierno, pero prefirió optar por la enmienda a la totalidad que es la antítesis de la colaboración.

Soy escéptico sobre el resultado final de este nuevo intento del Gobierno regional, porque creo que el rechazo de la oposición no se basó en las cifras del proyecto. Pero de lo que no cabe duda es que el Principado opta por cargarse de razón moral y la sociedad juzgará quién actúa en función del interés general y quién sigue objetivos de partido.