Primera jornada del 38 Congreso Federal del PSOE, dedicada a la despedida de Zapatero, que en un largo discurso defendió su gestión. El aún secretario general señaló que su objetivo fue “evitar que España fuera intervenida”. Durante los últimos meses en el poder, la política de apaciguamiento de los mercados fue la meta del ex presidente, pero antes se fijó otros objetivos, como reactivar la actividad económica con aquellos “planes E” que nos llevaron del superávit al 11,2% de déficit público. Ahora estamos purgando los excesos cometidos en los primeros años de conducción de la crisis. En descargo de Zapatero hay que decir que en su segundo y último mandato le tocó enfrentarse a los problemas más grandes que tuvo España desde la muerte del dictador, y él no era el presidente adecuado para gobernar ese tipo de situaciones.
Como en la mayor parte de los congresos socialistas, la actividad más interesante se produce fuera del plenario de reuniones. La lucha por el poder entre Rubalcaba y Chacón está en todo su apogeo. Las diferencias en los discursos son imperceptibles, pero el rumbo del PSOE será diferente según gane uno u otro candidato. A partir de la elección del líder, cambiará la dirección federal y, luego, las direcciones regionales. Tiempo de novedades. Ana Concejo, concejala avilesina y miembro del equipo de Chacón, reclama cambios en la lista electoral del PSOE para las elecciones del 25 de marzo.
No entiendo que no se hayan exigido responsabilidades después de la debacle del 22 de mayo y ahora se pida renovar la lista. ¿Se desgastaron o defraudaron los diputados en un semestre? ¿El equilibrio entre las distintas sensibilidades socialistas se ha alterado en estos meses? Una vez decidido que Javier Fernández será el candidato lo más lógico es que repita el resto de componentes de la candidatura. Si se trata de hacer autocrítica, bien sea por el pasado resultado electoral o por la política seguida desde la oposición, habría que cambiar al candidato a presidente, porque la exigua renta de quince escaños o la sintonía con el PP no es fruto de lo que hayan dicho o hecho un grupo de diputados de a pie. Si se opta por la continuidad no hay razón para hacer excepciones. Los cambios llegarán en el congreso regional, porque tras el pulso de Rubalcaba y Chacón, la unanimidad socialista en España y en Asturias habrá tocado a su fin.