El PP está en vísperas de celebrar su congreso nacional que será un homenaje a Mariano Rajoy y su mayoría absoluta (tres escaños más que Aznar en el 2000). El presidente y su partido siguen en la cresta de la ola, así que no hay que hacer cambios ni abrir extraños debates. Todo serán sonrisas. Los principales dirigentes del PP integrarán la nueva dirección, ya que no hay motivos para que ningún barón caiga en desgracia. Los trajes de Camps eran el único aspecto molesto, pero ahora, gracias a cinco votos favorables contra cuatro, ya sabemos que se los pagó el ex presidente valenciano, y no hay motivo para hablar de corrupción. La subida del IRPF y la reforma laboral no benefician a los ciudadanos, pero el Gobierno tiene suficiente crédito para hacer ver que son imprescindibles. Si alguien tiene dudas que se lo pregunte a Merkel. La reforma financiera avanza mucho más deprisa que con Zapatero y en unos pocos meses los bancos habrían fortalecido sus balances, digiriendo poco a poco las casas y solares sin vender que tienen en las tripas de su contabilidad. En definitiva, el PP está en uno de los momentos más dulces de su historia.
El PP asturiano siempre fue con el paso cambiado con respecto al PP nacional, y en vez de gobernar, cosa que tenía a su alcance hace año y medio, se encuentra metido en un complicado proceso de ajustes. Mercedes Fernández, nueva líder del partido, está confeccionando la candidatura autonómica, de la que quedarán excluidos la portavoz parlamentaria, Pérez-Espinosa, y el portavoz adjunto, Joaquín Aréstegui. Sólo con conocer esas dos bajas ya se tiene una idea suficiente sobre la orientación de la lista.
En septiembre de 2010, De Lorenzo invitó a comer a un grupo de notables y de allí salió una troika formada por Espinosa, Aréstegui y Fernández Pardo, como posibles candidatos a la Presidencia del Principado. Aréstegui y Pardo se creyeron que tenían alguna probabilidad de ser presidentes, sin comprender que quien pagaba la comida elegía candidato.
Así fue, De Lorenzo puso a Espinosa y el resto es historia conocida. Ahora, Mercedes Fernández hace lo que la lógica dicta, apartar los tres nombres, buscando algún hueco para Espinosa y Aréstegui en otros cometidos. Pardo está aislada de todo el PP asturiano haciendo gestos patéticos para redimir sus errores. Es inútil, porque no entra en los planes de Mercedes Fernández.