El consejero de Hacienda afirma que el abultado déficit asturiano se debe a las facturas ocultas en los cajones y el llamado “gasto desplazado” de Álvarez Areces. Ramón del Riego señala que el déficit afloró por la labor de limpieza realizada en la contabilidad del Principado, computando los gastos reales y apuntando como ingresos las cifras obtenidas en el anterior ejercicio. Del Riego acepta que el déficit de 2011 sea de 845 millones de euros, cuando no debía haber rebasado los 308 millones. El titular de la Consejería de Hacienda denuncia la actitud del PSOE y del PP que se opusieron al recorte de 147 millones llevado a cabo en el mes de octubre. De haber hecho caso a la oposición, el agujero del Principado sería mayor.

El déficit asturiano ha ido creciendo ejercicio tras ejercicio hasta dar un salto cualitativo a partir del año 2009, cuando los ingresos se desplomaron. En el año 2010, el Estado nos pidió devolver el exceso de dinero entregado a cuenta de las liquidaciones de 2008 y 2009, y los números rojos alcanzaron un volumen preocupante. A lo largo del pasado año el desajuste se hizo más grande, porque entre el desenfrenado gasto de la etapa electoral (primer semestre) y las limitaciones de un Gobierno en minoría en la Cámara, no hubo forma de embridar las cuentas. Llegó el momento de cambiar de tendencia.

El Gobierno central debe exponer un plan en el Consejo de Política Fiscal y Financiera para cumplir con los objetivos de déficit acordados en Bruselas. El telón de fondo de ese plan son los Presupuestos Generales del Estado que Rajoy dará a conocer cuando se hayan celebrado las elecciones en Asturias y Andalucía. Es importante que los partidos políticos asturianos adapten su mentalidad a estos tiempos de emergencia en los que estamos. No puede ser que sólo 12 de los 78 ayuntamientos asturianos hayan presentado sus cuentas a la Sindicatura en el plazo exigido. O que de los 54 entes públicos a auditar, únicamente 20 cumplieran con sus obligaciones. Las comunidades autónomas están en el ojo del huracán al ser las principales responsables del enorme déficit estatal. Acogerse a discursos ideológicos para tapar la vergüenza de los números rojos no va a servir para nada. Dudo que Merkel acepte la excepción española en la lucha contra el déficit, pero aunque así fuera, los excesos asturianos están fuera de toda lógica.