La carrera para ganar la investidura presidencial terminó de la única manera posible, con la victoria de Javier Fernández que llega al pleno de la Junta General del Principado con el apoyo comprometido de dos grupos, IU y UPyD, que le otorgan la mayoría absoluta. La alternativa de poder, representada por Álvarez-Cascos, como líder del segundo partido en número de votos, nunca obtuvo más apoyos de los 12 escaños, exceptuando el periodo de tiempo que fue desde la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) al fallo del Tribunal Constitucional (TC), en que cabía la posibilidad de que recuperara el escaño número 13. Cascos fue desalojado del Gobierno porque ningún grupo parlamentario, excepto el suyo, quería verlo de presidente.
El empate a 22 escaños entre la izquierda y el centro-derecha representaba la voluntad del electorado, pero no la del conjunto de la Cámara donde se impuso el interés partidario. El PP inició la negociación bajo el duro impacto del resultado electoral, donde por segunda vez en pocos meses obtuvo el peor registro de la etapa autonómica: 10 diputados. Un golpe muy difícil de encajar porque el PP nacional estaba en estado de gracia (todavía no se habían presentado los Presupuestos Generales del Estado, con los recortes, ni se había abierto la crisis de la banca). Rajoy visitó tres veces Asturias, pero el PP no ganó cuota electoral. La presentación de la enmienda a la totalidad de los presupuestos de 2012 que tumbó al Gobierno de Foro impidió que el PP saliera del hoyo. El dato más llamativo de los comicios fue que de los cuatro escaños perdidos por Foro ninguno fue a parar al PP: uno a IU, otro a UPyD y los dos restantes al PSOE
Estrategia
Por todo ello, el PP encaró la negociación de una forma distinta a la de la primavera de 2011. De puertas a fuera, el antagonismo con Foro quedó diluido, aunque pronto se vio que la capacidad de la derecha para asociarse era muy distinta a la de la izquierda. La propuesta de Mercedes Fernández de ser la candidata del bloque del centro-derecha, contraviniendo la aritmética parlamentaria al ser la líder del partido menos votado, hizo que UPyD recelara de pactar con ese bloque orientándose a la izquierda. El hecho decisivo que mostró las intenciones del PP estuvo en el anuncio extemporáneo de Cristóbal Montoro de intervenir las cuentas del Principado alterando el protocolo de la Ley de Estabilidad Presupuestaria (primero, corrección del ajuste; segundo, sanciones; y en último término, control directo de las cuentas). Cuando un ministro lanza una amenaza grave contra un gobierno autonómico es impensable que el partido del ministro sea socio del partido que gobierna en la comunidad autónoma amenazada. Por el medio estuvo el anuncio de Mercedes Fernández, ofreciendo el apoyo a Cascos si este pactaba con UPyD. Precisamente, el partido de Rosa Díez pedía como condición previa para dar su apoyo, el acuerdo firme entre los dos partidos del centro-derecha asturiano.
Errores
Foro pasa a liderar la oposición, tras haber ganado las elecciones de 2011 y de quedar en segundo lugar en las de 2012, cerrando así un ciclo de diez meses. Cascos cometió errores en los primeros meses de su mandato, al jugar a una imposible estrategia transversal de acuerdos con todas las fuerzas y al poner al frente de la Administración a personas con escaso o nulo conocimiento de la política; en las elecciones generales del otoño incurrió en el peor de sus errores: disputar a Rajoy el voto del centro-derecha madrileño. Sin embargo, aunque Cascos no hubiera pisado esos charcos, ni hubiera tenido ningún roce con la Fundación Niemeyer o con la RTPA, estaría en la misma soledad parlamentaria que en el presente, porque todos los partidos vieron en la existencia de Foro y en el retorno de Cascos un peligro directo, porque llegó para alterar un histórico equilibrio de fuerzas que sólo ahora después de los comicios y a través de las alianzas se vuelve parcialmente a recuperar.
Ubicado en la oposición, llega la prueba de fuego para Foro y para Cascos, porque deberán trabajar con un horizonte temporal de de tres años, sabedores de que sólo una victoria incontestable les daría la posibilidad de llevar a cabo sus objetivos. Deberán replantearse algunas cosas, entre otras la estrategia parlamentaria que desarrollan en Madrid.
El resto de partidos tampoco tienen ante sí un panorama optimista, porque la crisis económica dañará las opciones del tripartito (PSOE-IU-UPyD), como las del resto de gobiernos, y el PP regional sale de la doble cita electoral en unas condiciones penosas. Curiosamente, si exceptuamos a IU, el resto de grupos mejora sus expectativas radicalmente si Foro se diluye o si Cascos no repite dentro de tres años como cartel electoral de su partido. Esta consideración que puede parecer tangencial nos anticipa lo que va a pasar en la legislatura, porque el teórico choque de bloques (gobierno / oposición; izquierda / derecha) dará paso en los momentos más delicados del mandato a inhibiciones o acuerdos implícitos que no veremos adelantados en los discursos de la sesión de investidura.