Al día siguiente de rechazar la militancia de IU el pacto de Gobierno y en la víspera de la toma de posesión del cargo, Javier Fernández dio a conocer la composición del Ejecutivo. Un equipo reducido, de sólo ocho consejerías, en consonancia con la austeridad que debe presidir la vida pública y más que suficiente para gobernar la región. La frustrada negociación con IU sirvió para pasar de nueve consejerías a ocho, un cambio que nos beneficia a todos por el ahorro en dinero y en burocracia que comporta.

Casi todos los consejeros ya desempeñaron responsabilidades políticas, bien en el campo regional o en el municipal, lo que les da un cierto grado de conocimiento por el público. Javier Fernández dijo que eran “gente solvente”, mezcla de juventud y experiencia. Yo creo que se debe destacar por encima de cualquier otra consideración el acusado perfil político del Gobierno, muy visible en Graciano Torre (el político con más peso específico del Ejecutivo), Guillermo Martínez, Esther Díaz o María Jesús Álvarez. En los gobiernos de Álvarez Areces y en el de Álvarez-Cascos no hubo un grupo de consejeros con una impronta política tan relevante, aunque ese déficit quedaba cubierto con la arrolladora personalidad política de ambos presidentes.

En el Gobierno hay consejeros de perfil técnico, como Dolores Carcedo o Belén Fernández. Y alguno que aúna competencia técnica con carga ideológica, como Faustino Blanco. La nueva titular de Educación, Ana González, es una profesional de la enseñanza que le tocó a última hora la carga de la Cultura, y digo carga, porque en Asturias la Cultura hace ya mucho tiempo que es una asignatura pendiente.

Repasada la alineación, toca hacer referencia a la gran ausencia, María Luisa Carcedo, diputada nacional y persona estrechamente vinculada a Javier Fernández, que participó en las negociaciones con IU. Si quedó fuera del Ejecutivo es porque le resulta imprescindible al presidente en Madrid. Dado el grado de compromiso político con el proyecto de Javier Fernández no cabe pensar que la renuncia a participar en el Gobierno sea una opción personal. El papel de coordinadora del Gabinete que le hubiera correspondido de haber sido consejera tendrá que realizarlo Javier Fernández. Ya está todo listo para que Presidente y equipo encaren el reto más complicado que tuvo ante sí un gobierno asturiano.