El próximo fin de semana IU celebra su Asamblea regional, un evento equivalente a los congresos del resto de partidos. La cita tiene de todo menos visos de convertirse en una liturgia burocrática, porque el coordinador general, Jesús Iglesias, abandona el cargo, y hay dos candidatos a sucederle, Noemí Martín y Manuel González Orviz, que pelearán por el voto de las bases.
La política produce antagonismos inesperados, y eso es lo que ha ocurrido con Noemí Martín y Manuel González Orviz. Ambos son de Castrillón y trabajaron juntos en el Principado. Orviz fue director general de la Vivienda cuando Laura González, madre de Noemí, era consejera de Bienestar Social y Vivienda. Retirada Laura González en el año 2007, la sucedió en la titularidad de la Consejería su hija que mantuvo a Orviz de director general. Son del mismo pueblo, fueron jefa y subordinado en la misma Consejería y ahora se disputan el liderazgo interno.
Dos amigos
Para que no haya dudas, digamos que Noemí Martín es la candidata oficialista, porque toda su vida estuvo en el bando del oficialismo, desde los tiempos en que era la secretaria general de las Juventudes Comunistas, en el año 1991, cuando su madre, Laura González, era la candidata de IU a la Presidencia del Principado, pasando por su etapa de secretaria general del PCA, hasta llegar al presente designada para dar el relevo a Jesús Iglesias.
Orviz estaba con los oficialistas, pero alguna duda tendría para que al crearse la plataforma “Voces por el cambio” se convierta en candidato alternativo.
Presentado los contendientes quisiera añadir algún dato sobre Noemí Martín que la convierte en una oficialista especial. A finales de junio de 2007, cuando un grupo de media docena de negociadores de IU discutían sobre la oferta del PSOE para integrarse en el Gobierno de coalición, Noemí Martín votó en contra del pacto. Hace un mes, cuando todos los militantes de IU fueron convocados para votar sobre la entrada en el Gobierno de Javier Fernández, Noemí volvió a votar en contra, aunque la mayor parte de la dirección regional estaba a favor del acuerdo. Esa forma de proceder, junto con una envidiable naturalidad en el trato con la gente, heredada de Laura González, la convierten en todo menos en una oscura burócrata de despacho.
La disputa por el poder en IU se produce en unas circunstancias inusuales para los afiliados a esa fuerza política. En las encuestas nacionales, IU sigue ganando porcentaje de voto. El PP ha perdido media docena de puntos desde las elecciones generales (20 de noviembre de 2011) y el PSOE no despega.
En Asturias podemos tener una visión engañosa, al dar a los resultados de las últimas elecciones autonómicas (25 de marzo 2012) un mayor valor referencial que a las encuestas de las últimas semanas. Digo que es una visión engañosa, porque el desgaste del Gobierno de Rajoy empezó cuatro días después de las elecciones asturianas, con la huelga general contra la reforma laboral del 29 de marzo, el anuncio de los Presupuestos Generales del Estado el 31 de marzo, los recortes anunciados en sanidad y educación, en abril, el derrumbe de Bankia, en mayo, y la tragicomedia del rescate europeo de los bancos convertido en línea de crédito ventajosa, adornado con la escalada de la prima de riesgo hasta cumbres antes nunca alcanzadas por la “marca España” . Todo eso no cotizó en la bolsa autonómica de votos de marzo.
Al alza
Hace tres meses IU obtuvo cinco diputados en la Junta General del Principado, un registro superior a todos los logrados en comicios regionales desde mayo de 1995, cuando tenía seis escaños; era una época en que Anguita estaba al frente de un grupo de 21 diputados en Madrid. En resumen: Jesús Iglesias deja la coordinación general de IU por propia iniciativa; dos viejos conocidos se disputan el liderazgo del grupo; y la fuerza política está al alza.
El dato más interesante sucedido en IU a lo largo de este año fue el referéndum convocado por la dirección regional para que toda la militancia aprobara o rechazara la propuesta de formar parte del Gobierno de coalición con los socialistas. Las bases dijeron “no”, cuando el órgano de dirección había dicho “sí”. Una desautorización en toda regla que tendrá consecuencias en el desarrollo de la Asamblea. Esa es la ventaja con la que parte “Voces para el cambio”, aunque Noemí Martín puede decir, y no le falta razón, que nadie es más crítica que ella con el pacto. La ventaja de los oficialistas reside, como ocurre en todos los partidos, en el control del aparato y el mayor conocimiento del que gozan por parte de las bases.
Desde la fundación de IU, primavera de 1986, el debate político interno giró siempre en torno a la relación con el PSOE. Con independencia de la pugna por la jefatura del grupo, los afiliados de IU deben hilar muy fino en la Asamblea ya que se acaba de iniciar una legislatura distinta a todas las anteriores. Sólo va a durar tres años. Por primera vez los socialistas ya tienen otro socio parlamentario, UPyD (aunque sólo representa un escaño), y no es descabellado que la pugna entre los dos grupos de la derecha (Foro y PP) lleve a que uno de ellos –ustedes ya saben cuál- llegue a acuerdos tácitos o expresos que salven al Gobierno. Y todo ello rodeado del contexto social más agitado, con manifestaciones y huelgas, como respuesta a los recortes. ¿Qué rol jugará IU en un escenario como ese?