Mercedes Fernández manifiesta que si los ciudadanos lo exigen, los miembros de la Junta General del Principado dejarán de cobrar sueldo. El juicio llega a las veinticuatro horas de que Dolores de Cospedal afirmara que los diputados de Castilla-La Mancha no tendrán salario, limitándose a percibir dietas por asistir a plenos y comisiones. De Cospedal anuncia una medida sin condiciones, mientras que Fernández lo deja en manos de la gente. Los ciudadanos eligen a sus representantes para que tomen decisiones, no para que se laven las manos y les devuelvan los problemas sin resolver. La gente pide cosas (puestos de trabajo, vivienda, subida de pensiones) con insistencia sin que les tengan en cuenta. Los sueldos de los políticos sólo los pueden suprimir los políticos, así que remitirse al pueblo es mera retórica ¿Es una medida sensata dejar a los diputados sin sueldo? ¿Es un paso importante en la reducción del déficit público?

Cualquier trabajo en el sector público o privado conlleva la percepción de un sueldo. Los diputados cobran en todos los países del mundo y en la mayoría tienen dedicación exclusiva. Perder el salario y obtener dietas por asistencia puede ser una forma de disfrazar la renta que perciben, todo depende de cuánto cobren por acudir a plenos y comisiones. Con casi 5.700.000 parados (datos de la última Encuesta de Población Activa), quitar el sueldo a los políticos es muy popular, pero habría que preguntarse si lo que nos irrita es su sueldo o su falta de productividad laboral. ¿Qué nos molesta que ganen 50.000 euros o que les paguen esa cantidad por limitarse a votar desde el escaño?

La laboriosidad de los miembros de la Junta General del Principado estuvo en niveles mínimos durante muchos años, con vacaciones de verano e invierno, tiempo de ocio en otoño y primavera, y una producción legislativa casi nula. En los últimos meses han surgido algunos signos esperanzadores: el pasado mes de julio trabajaron. El sueldo que cobran debe sufrir las mismas correcciones a la baja que el de los funcionarios, pero no tiene sentido dejarles sin sueldo y pagarles un potosí por kilometraje, por citar un complemento de difícil comprobación. El déficit público es igual de alto con salario que con dietas. Reducir el número de diputados a la mitad y privarles de sueldo induce a una lectura peligrosa: sobra el Parlamento.