Elegidos los delegados al congreso, la batalla por el liderazgo entre Mercedes Fernández y Manuel Pecharromán se dirime en la búsqueda de apoyos entre el grupo de congresistas. La actual presidenta del PP asegura que ya cuenta con el 50% de los votos y buscará traspasar la cifra del 80%, que impediría a su rival presentarse como candidato, ya que para ello necesita del 20% de firmas. A priori, la balanza se inclina a favor de Mercedes Fernández al contar con el respaldo de la dirección nacional, el grupo parlamentario y los principales dirigentes del partido. Además, juega a su favor el conservadurismo de las organizaciones, que no ven con buenos ojos cambiar de líder cuando no lleva ni siquiera un año al frente del partido.

Pecharromán, por su parte, no ha logrado en las últimas semanas hacerse un hueco, quizás por no ser un militante con madera de líder, al que se le nota que es un peón en la batalla entre las dos damas: Mercedes Fernández y Pilar Fernández Pardo. En su contra, opera el hecho de que la organización gijonesa funciona como un cuerpo aislado dentro de la organización asturiana, lo que un handicap para establecer alianzas. El PP de Gijón no supo jugar sus cartas en los dos congresos anteriores, limitándose en el penúltimo de ellos a colocar a Fernández Pardo en el fantasmal cargo de vicepresidenta regional del partido, sin una sola competencia, mientras que en el último congreso no se adhirieron a la alternativa presentada por Juan Morales, porque Fernández Pardo sólo se suma a lo que ella misma encabeza.

Cuatro años más tarde, la junta local de Gijón saca enseñanzas de la experiencia de Juan Morales, que fue capaz de obtener más del 38% de los votos en el congreso. Y eso que se votó a mano alzada. Ahora bien, las circunstancias no son las mismas; Morales había sido el diputado más brillante del PP en el Parlamento y Pecharromán es un segundón del aparato del partido. Morales supo tejer una red de apoyos en la región, que se activó en los meses anteriores al congreso (Fernández Pardo fue a una de las últimas reuniones con la pretensión de liderar la alternativa), mientras que Pecharromán tiene su aliado fuerte en la militancia gijonesa. A juzgar por la elección de delegados, para los dirigentes gijoneses es tan problemática la victoria regional, como para Mercedes Fernández hacerse con las riendas de la organización de Gijón.