Aprobados los presupuestos del Principado y el Ayuntamiento de Oviedo, queda la incógnita de lo que sucederá en Gijón, donde gobierna en minoría el grupo de Carmen Moriyón. El asunto tiene un interés añadido a la propia aprobación de las cuentas, ya que el Ayuntamiento de Gijón se resiste a la “normalización política”, que es el epitafio que se pone en los círculos del Principado a la desaparición de Foro del gobierno de las instituciones.
En Gijón, la experiencia del presente mandato es muy especial, porque un conjunto de políticos amateur (médicos, ingenieros, abogados o profesores, sin cinco minutos de militancia política) ha logrado firmar el primer acuerdo de concertación social, en Asturias, encabezado por un grupo de centro-derecha, ha sacado adelante los presupuestos municipales de 2012 y ha enderezado las cuentas de organismos y empresas municipales, donde había demasiado gasto y poco ingreso. Una experiencia inquietante, como relataba un documento de trabajo interno de un partido de izquierdas, que detallaba cómo el grupo municipal de Foro se adueñaba de banderas sociales, como las ayudas a los barrios y las casas degradadas.
PILAR F. PARDO
En este contexto se abordó la negociación de los presupuestos municipales de 2013, con el PP de Pilar Fernández Pardo dispuesto a plantear nuevas exigencias para no quedar desautorizado por la dirección regional de Mercedes Fernández, que ve en Gijón dos problemas: el mayor ayuntamiento asturiano en manos de Foro y, lo más grave, el intento de Fernández Pardo de consolidarse como líder del PP local, tras haber lanzado a su escudero, Manuel Pecharromán, al imposible reto de arrebatar a Cherines la jefatura del partido en la región. Pilar Fernández Pardo nunca quiere asumir costes por las derrotas, tanto sea en comicios electorales o en congresos regionales. Demasiadas cuentas pendientes.
Sin el pulso entre Mercedes Fernánez y Pilar Fernández Pardo no se entiende nada de la negociación de los presupuestos gijoneses, donde Pardo puso especial hincapié en pedir la supresión de puestos concretos, como el jefe de protocolo o un auxiliar dela Alcaldía. Unademanda cómica, tratándose de un ayuntamiento con 300 millones de euros de presupuesto consolidado. El ahorro llevado a cabo por el equipo de gobierno de Foro es muy superior a toda la suma de peticiones del PP.
Apartado especial para las empresas municipales (presuntos chiringuitos), donde el ahorro previsto para todo el mandato ronda los cuatro millones de euros. En este punto hay que destacar una obsesión concreta de Pilar Fernández Pardo, a la que es ajena la dirección regional del PP: la entrada de un socio tecnológico en Emulsa, planteada en todas las reuniones de la negociación. En las ruedas de prensa siempre habla Pardo de reestructurar las empresas municipales, pero en la negociación con Foro alude a la entrada del socio tecnológico. Sería interesante saber qué se esconde tras el caballo de Troya del socio tecnológico de Emulsa.
Pese a todas las particularidades de la negociación de este año, el asunto de las partidas presupuestarias (lo que en todo el mundo entiende por presupuesto) no dio más de sí, y se llegó a un acuerdo antes de las Navidades, aunque Pardo no quiso oficializarlo por miedo al veto de Mercedes Fernández. La portavoz municipal se inventó la necesidad de firmar un acuerdo anexo al presupuesto, con impostadas condiciones políticas.
Es preciso advertir que durante la negociación el grupo de Foro volvió a mostrar su estilo amateur, entregando todo tipo de papeles a sus interlocutores y aceptando la obligación de redactar informes para que los propios concejales gijoneses del PP tuvieran argumentos que exponer ante la dirección regional de Mercedes Fernández. Un ejemplo de buen rollo que no conduce a ningún sitio cuando el oponente sigue el guión de “Amistades Peligrosas”. Veamos.
EMMIENDA
El pasado jueves, enla Comisiónde Hacienda, cuando se tramitaban las enmiendas que se incorporan a los presupuestos de 2013, Pilar Fernández Pardo votó a favor de una enmienda socialista que impide al equipo de Carmen Moriyón desplazar un euro de un programa de gasto a otro, sin pasar por el pleno municipal. Pardo puso los grilletes para que no pueda gestionar Moriyón. La comisión de gobierno ha quedado sustituida por el pleno del Ayuntamiento. Ni Manuel Palacio ni Álvarez Areces ni Paz Fernández Felgueroso gobernaron Gijón en esas condiciones. Una cosa es estar en minoría política y otra que la mayoría de la oposición (PSOE y PP) se coaligue para usurpar las competencias al grupo que gobierna. En ninguna ciudad de España los alcaldes gestionan en unas condiciones tan restrictivas, que ralentizan hasta la desesperación la toma de decisiones y dejan cada opción de gasto en manos de cambiantes mayorías.
En nuestro entorno más próximo, lo más parecido fue la decisión dela JuntaGeneraldel Principado (también resultado de la alianza de PSOE y PP) de quitarle al Gobierno de Cascos las competencias sobre el sector público. Excuso añadir que ahora el citado sector volvió a las manos del Gobierno regional. De Javier Fernández, se entiende.
La misma mañana que Pardo anuncia un apoyo condicionado al presupuesto municipal de Gijón, se abstiene de votarlo en comisión y respalda una enmienda socialista que arrebata ala Alcaldíala gestión municipal, que pasará a jugar un papel decorativo. Bajo el envoltorio del “espíritu de Gijón”, Pardo abre la puerta a la izquierda para decidir sobre la ciudad.