Esta semana, el portavoz parlamentario de IU, Ángel González, se topa con una doble prueba, la citación en el juzgado de instrucción donde comparece como imputado en un presunto delito de prevaricación, y la reunión del Consejo Político de la coalición, principal órgano directivo de IU. En el interrogatorio judicial, el número dos de IU en Asturias declaró que nadie le advirtió que podía cometer una ilegalidad con la sucesiva realización de contratos menores para la compra de los monolitos colocados en las fosas comunes. Aseguró que como viceconsejero de Bienestar Social no tenía como función decidir el procedimiento de compras de bienes y suministros. El diputado de IU afirmó que si le hubieran advertido, bien sea por escrito o verbalmente, hubiera corregido la forma utilizada para adquirir los monolitos.
Al parecer, sobre este asunto consta en el juzgado la declaración de una funcionaria que alertó al ex consejero sobre la ilegalidad que se cometía utilizando el procedimiento elegido. Testimonio contra testimonio. Los jueces están cansados de resolver asuntos en los que colisionan frontalmente las declaraciones de las personas citadas, tanto si han acudido en calidad de imputados como de testigos, así que esta cuestión es una más. No consta en ningún momento que nadie haya planteado ningún nexo, próximo o remoto, entre Ángel González y los proveedores de los monolitos. Todo el litigio se reduce a la compra por 50.000 euros de docenas de monolitos, realizada a través de distintos contratos, para poder adjudicarlos con celeridad.
No hay forma de asociar el contenido del sumario a una práctica corrupta. En cientos de administraciones se toman todos los días decisiones como la ejecutada por Ángel González, sin que los cargos públicos responsables de ellas se vean envueltos en un sumario. Ahora bien, lo que no tiene parangón es la dureza que emplean con el ex viceconsejero los dirigentes de IU que quedaron en minoría en la última Asamblea. La petición de dimisión se va a debatir, pasado mañana, en el Consejo Político. La mitad de la organización quiere forzar la renuncia de Ángel González diciendo que todo imputado debe dimitir. Esa no fue norma de comportamiento en IU. Hace dos o tres años, dirigentes de IU estuvieron imputados por el violento enfrentamiento con el PCE y nadie dimitió de nada. No eran tiempos de división.