El Principado terminó el 2012 con una deuda pública de 2.675 millones de euros. Un año antes, alcanzaba los 2.155 millones. En un ejercicio de austeridad y recortes, los compromisos con los acreedores aumentaron en 520 millones, lo que supone un incremento cercano al 25%. Por otro lado, si comparamos la deuda asturiana con la de otras comunidades autónomas, nos encontramos con que somos la cuarta región menos endeudada de España. Ante estas cifras, la consejera de Hacienda y Sector Público, Dolores Carcedo, señala que Asturias es una comunidad saneada y reclama al Gobierno central que dulcifique sus exigencias de reducción del déficit público, fijadas para 2013 en el 0,7% del PIB.
El volumen de deuda no es alarmante, pero el crecimiento de la deuda es muy significativo. En el 2008, año que la crisis global afectó a la economía asturiana, la deuda del Principado era de 770 millones. Dos años más tarde ya estaba en los 1.701 millones, fruto de la política de gasto expansivo preconizada por IU, que rompía en cada ejercicio el techo de gasto fijado por Jaime Rabanal en el borrador del presupuesto, con el que empezaba la negociación de las cuentas entre los dos partidos. Pasados otros dos años nos encontramos con que las políticas de ajuste llevadas a cabo después de las elecciones autonómicas de mayo de 2011 no han servido para modular el crecimiento de la deuda que ha llegado a los 2.675 millones. Fijémonos bien en la secuencia: los dos primeros años de la crisis, con presupuestos expansivos, han elevado la deuda en 931 millones, mientras que en los dos últimos ejercicios, con la tijera de los recortes podando las partidas de gasto, la subida de la deuda fue de 974 millones. Conclusión: a partir de un determinado tamaño de deuda el pago de intereses resulta muy gravoso, convirtiendo la deuda en una bola de nieve que crece al descender por la ladera. Este fenómeno lo vemos a mayor escala y con mayor dramatismo en otras comunidades autónomas, como Cataluña, que pese a los recortes en sanidad, educación y servicios sociales, eleva su deuda en casi 4.000 millones anuales.
Asturias está mucho mejor que otros territorios, pero eso no nos puede servir de consuelo. Asunto distinto es el planteado por Dolores Carcedo, sobre la necesidad de flexibilizar el déficit público. Tenemos más credibilidad y podemos pedir un par de décimas de respiro.