Tal como había anunciado Rajoy, los datos del empleo correspondientes al mes de mayo son buenos en casi toda España. Como trabajar con cantidades implica comparar, baste decir que en toda la serie histórica no hubo ningún mes de mayo en que se haya reducido tanto el desempleo, al haber 98.265 parados menos. A escala nacional, el mayor descenso del desempleo fue en el sector servicios (61.336), mientras que en la industria la mejora fue muy reducida (8.851 parados menos).
Los datos asturianos son muy distintos. La caída del paro sólo fue de 1.182 trabajadores, la más modesta del mes de mayo en los últimos cinco años. Sólo el País Vasco y Canarias tuvieron un peor resultado que Asturias. De mayo de 2012 a mayo de 2013, el paro creció en el 8,79%, mientras que en España lo hizo al 3,75%. Únicamente Cantabria y el País Vasco tuvieron un mayor incremento del desempleo. Mes tras mes se confirma el particular comportamiento del ciclo económico asturiano que tiene un desfase con respecto al español. Asturias tarda más en sufrir los efectos de las crisis económicas, pero también sale más tarde de ellas. No se trata de una originalidad asturiana, ya que comparte esta característica con otras regiones, como el País Vasco, principalmente, y la causa del desfase está en el mayor peso del sector industrial. La industria aguanta mejor los embates de la crisis por varias razones, que van desde un régimen de pedidos muy diferente al del sector servicios, a un peso de las amortizaciones distinto. Debido a todo ello hay una mayor voluntad de resistencia ante la recesión en la industria que en los servicios. Cuando llevamos cinco años de crisis, la fortaleza industrial hace aguas, como lo prueba el hecho de que sólo se haya reducido el paro en la industria en un trabajador. Desde hace veinte meses, el mercado de trabajo en Asturias registra unos datos peores que la media española. Nuevamente, las cifras son elocuentes: el desempleo creció más del doble en Asturias que en España en el último año.
Espero que los optimistas se conviertan en prudentes y no empiecen a hablar de brotes verdes o a vislumbrar la luz al final del túnel, porque el buen dato español de mayo no supone un cambio de tendencia. Ante la cruda realidad asturiana no queda otro remedio que apurar la inversión presupuestaria, agilizar los planes de empleo y poner al día el salario social.