En la comisión que estudia la reforma de la ley electoral se ha producido una novedad importante, al renunciar IU y UPyD a la eliminación de las tres circunscripciones. El mapa electoral asturiano seguirá troceado manteniendo el diseño consagrado en el Estatuto de Autonomía. El invento de dividir una región de apenas 10.000 kilómetros cuadrados en tres territorios se basó en el argumento de las alas (occidental y oriental) que tuvo mucho predicamento entre la clase política asturiana durante los años ochenta del siglo pasado, cuando la única vía de doble calzada era la “Y”, y había que dotar de una red potente de servicios públicos (hospitales, institutos) a las comarcas más alejadas porque el traslado al centro de la región significaba un largo viaje. Ya entonces, la creación de las tres circunscripciones no estaba justificada, porque una cosa es el mapa sanitario o educativo y otra el electoral.
Tras treinta años de mantener en pie el artificio de las tres circunscripciones no se distingue cuál es la procedencia de un diputado cuando interviene en la Junta General del Principado. No hay una problemática específica que justifique crear compartimentos entre el electorado. La única razón es el mero interés partidario, ya que la experiencia enseña que la asignación de escaños es más favorable a los grupos mayoritarios con las tres circunscripciones. El Partido Comunista y, luego, IU fueron los grandes perjudicados con el presente modelo.
Al sumarse UPyD a la reivindicación se podía esperar que el debate sería enconado, pero los dos grupos que ayudan al Gobierno a aprobar los presupuestos no fueron capaces de defender su alternativa, conformándose con la promesa de adoptar un sistema que refleje más fielmente la relación entre votos y asignación de escaños. Los miembros de la comisión barajan dos propuestas realizadas por dos profesores de Derecho, uno de la Universidad de Granada y el otro de la Universidad de Oviedo. Si se trata de encontrar un modelo que incremente la proporcionalidad del sistema lo mejor es pedir ayuda al departamento de Matemáticas, porque a la hora de trabajar sobre correspondencias de dos conjuntos (votos y escaños), nadie mejor que los profesores de números. En resumen: es una salida falsa, porque en cuanto el PSOE vea que la nueva proporcionalidad implica pérdida de escaños se negará al cambio.