El PSOE, el primer partido que recurrió al sistema de elecciones primarias en España, ha decidido extender el proceso y profundizar en el mismo. La elección de los candidatos a presidir los gobiernos de la nación y de las 17 comunidades autónomas se realizará por el sistema de elecciones primarias abiertas a la sociedad, pudiendo participar cualquier ciudadano que cumpla unos requisitos mínimos, como apuntarse en una lista con un mes de anticipación y aportar una cuota mínima de dinero, que puede estar en torno a los dos euros. La elección de los secretarios generales de las organizaciones socialistas también se hará por el sistema de primarias entre militantes del partido.
La introducción de estas modificaciones en los estatutos del partido se abordará en una conferencia federal del PSOE a celebrar el próximo mes de noviembre. Es evidente que el primer objetivo de estas novedades es la mejora de la imagen del Partido Socialista, muy dañada tras las dos legislaturas de Zapatero y la serie de derrotas electorales, tanto a escala nacional, como autonómica y municipal, cosechadas en los dos últimos años. Rubalcaba busca sintonizar con la sociedad, abriendo la organización a los ciudadanos. Aunque la implantación de las elecciones primarias esté guiada por ese objetivo, hay que apoyar sin reservas que uno de los dos grandes partidos nacionales renuncie a la fuerza del aparato a favor de las bases. Adoptada esta decisión el proceso será imparable y no habrá candidatos a ningún puesto institucional u orgánico que no sean elegidos por las bases del partido y los ciudadanos que simpaticen con la organización. Hasta ahora la dinámica era la inversa: el secretario general elegía a los candidatos del partido a ocupar puestos institucionales u orgánicos. La opinión del partido era la opinión del secretario general. Un sistema personalista que convivió durante décadas con los mecanismos formalmente democráticos que tiene la sociedad para elegir parlamentos y corporaciones municipales. Durante 36 años hemos vivido en una democracia basada en partidos políticos que no se regían por métodos democráticos. En cuanto el PSOE dé los primeros pasos, los demás partidos irán detrás –UPyD ya se rige por sistema de primarias-. Sólo queda lamentar el timo de las elecciones primarias en Andalucía: para ese viaje no hacían falta alforjas.