El reparto de la cuota de déficit para 2013 entre las comunidades autónomas ha dividido a los gobiernos regionales. La propuesta del Ministerio de Hacienda ha sido rechazada por cuatro comunidades (Asturias, Madrid, Cataluña y Canarias) y otras cuatro se abstuvieron (Andalucía, Aragón, Navarra y Extremadura). Durante la égida de Aznar, las comunidades autónomas que impugnaban las cuentas del Ejecutivo eran Andalucía (Chaves), Extremadura (Rodríguez Ibarra) y Castilla-La Mancha (Bono), pero con Cristóbal Montoro la discrepancia recorre un amplio espectro ideológico: socialistas, populares y nacionalistas. La opción del déficit a la carta no tuvo el apoyo ni de los gobiernos que salieron favorecidos, como la Generalitat catalana y la Junta de Andalucía.

En vísperas de la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, el ministro de Hacienda declaró que para el próximo año se volverá a fijar el mismo techo de déficit para todas las regiones. La decisión del ministro obliga a preguntarse por qué convirtió el ejercicio de 2013 en excepción. ¿A qué se debe el cambio de la uniformidad a la diferencia, de la igualdad a la desigualdad? A falta de una explicación oficial, la causa se encuentra en Cataluña. La Generalitat gobierna una comunidad arruinada, con más de 50.000 millones de deuda y una manifiesta incapacidad para reconducir el déficit. Madrid mantiene al Ejecutivo de Mas: entre 2012 y 2013 recibirá más de 20.000 millones de euros de los fondos habilitados por el Gobierno de España. Son unos morosos que viven en precario. Siguiendo la doctrina de Rajoy, Montoro dulcificó el objetivo de déficit para Cataluña (1,58%) con la esperanza de que Artur Mas suavice sus ansias independentistas. Vano intento.

La holgura concedida a Cataluña, Valencia o Murcia se cimenta en la restricción exigida a Asturias, Extremadura o Madrid. Mientras a Cataluña le asignan un límite de déficit del 1,58% sobre el PIB o a Valencia del 1,6%, a Asturias no se le deja pasar del 1,06%. El gasto de más de catalanes o valencianos se compensa con la austeridad de los asturianos. Un método manifiestamente injusto que no deja satisfecho a casi nadie. A Asturias le piden que no sobrepase la cifra de déficit alcanzada en el 2012 y el Principado llevará a los tribunales la decisión tomada. ¿Se romperá el consenso asturiano sobre el déficit?