Las críticas de Emma Ramos a la ley de endeudamiento presentada por el Gobierno regional, tildándola de “imprecisa” y “chapucera”, han sido contestadas por Fernando Lastra, diciendo que el PP perdió la oportunidad de reparar el daño causado a Asturias por Mariano Rajoy, al discriminarla en el reparto de cuotas de déficit público. Recordemos que el límite de déficit para las regiones se elevó del 0,7% al 1,3%, habiéndose fijado un techo del 1,06% para Asturias. Lastra descalificó al grupo popular, describiéndolo como “un muñeco en manos de Foro”. El rechazo de la norma de endeudamiento sería, a juicio del portavoz socialista, un golpe para las posibilidades de inversión y financiación de los servicios sociales.
Sobre la ley de endeudamiento, la posición del PP con respecto al Ejecutivo de Javier Fernández es simétrica a la que tendrían los socialistas ante un hipotético gobierno presidido por Mercedes Fernández. A nadie debería extrañar que los diputados del PP discrepen sobre la gestión de los recursos que hagan los socialistas. Lo extraño sería la posición contraria, con los dos partidos actuando como aliados, en Asturias, cuando confrontan en el resto de las comunidades autónomas. En la anterior legislatura, PSOE y PP formaron una piña contra el Gobierno de Foro, juntando sus votos en el Parlamento para hacerse con el control de la Cámara, votando unidos una singular ley de sector público que sustraía al Gobierno la gestión sobre las empresas de la comunidad autónoma, y sumando sus escaños para rechazar unas cuentas que reservaban el doble de recursos para inversión que el actual presupuesto socialista. Esa sí que era una anomalía política e institucional. Hay dos cosas de las que nunca quieren hablar los socialistas: el frente opositor que formaron con el PP, contra el Gobierno de Foro, y la similitud entre su estrategia de ajuste presupuestario y la de Rajoy, con alzas de impuestos, minimización de inversiones y ajustes en servicios sociales. Las hemerotecas y las cifras liquidan la engañosa retórica de la política progresista, alejada y distante de la conservadora-liberal.
El error del PP no está en repetir o secundar posiciones de Foro, sino en quedar convertido en un muñeco en manos del PSOE. Volvamos a las cifras: tras un mandato formando frente opositor, el PSOE ganó dos escaños y el PP quedó sumido en el pozo.