Javier Fernández considera que la Reforma de la Administración Local impedirá que algunos ayuntamientos tengan suficientes recursos para prestar los servicios públicos. Debido a ello va a recurrir la nueva normativa ante el Tribunal Constitucional (TC). Es muy difícil hablar en términos categóricos sobre la capacidad de las administraciones para cumplir con sus fines. En la actualidad tampoco los ayuntamientos tienen garantizada su suficiencia financiera, sobre todo desde la última formulación de la Ley de Estabilidad, que supone un corsé para la gestión de los alcaldes. Hay consistorios completamente arruinados y no por ello las presentes leyes son anticonstitucionales. Lo cierto es que el Principado está decidido a dar tarea a los abogados, a ver si Asturias, vestida de toga, es capaz de obtener lo que no alcanza a través de la política.
Sobre la financiación autonómica, Javier Fernández afirma que el debate está distorsionado por las estrategias de los partidos nacionalistas. Es cierto, con la existencia de grupos radicalmente insolidarios que miran a las regiones vecinas como si fuesen trozos de un país lejano es muy difícil aprobar mecanismos de solidaridad interterritorial. Como en alguna ocasión le he oído decir a Javier Fernández, los partidos nacionalistas actúan como grupos antisistema en la política española, incapaces de responder a ningún estímulo que vaya más allá de su estricto interés. El presidente del Principado asegura que hay una derecha castiza (referencia al PP de Ignacio González y Esperanza Aguirre) que actúa como los partidos nacionalistas. Como se dice coloquialmente, el presidente se pasó de frenada, porque sólo a través de la hipérbole se iguala el discurso de los dirigentes madrileños con Artur Mas. Sorprende que Javier Fernández no sea capaz de apreciar un caso que tiene mucho más próximo de discurso egoísta e insolidario: el del socialismo catalán. El desafío soberanista de Artur Mas sólo es posible porque los progresistas del PSC, durante dos legislaturas, sembraron la manzana de la discordia, enarbolando un discurso profundamente reaccionario que chocaba frontalmente con las históricas señas igualitarias de la izquierda.
Javier Fernández pide al Gobierno central que recurra ante la UE la anulación del céntimo sanitario. Harían mejor en buscar un recambio.