En la negociación presupuestaria, IU cambia de tercio, tras insistir durante los últimos días en los incumplimientos del Gobierno en la ejecución de los presupuestos. Llegó el momento de hacer propuestas y desde IU se opta por endurecer la presión fiscal sobre bancos y patrimonios. Según los dirigentes de IU, las rentas sobre el trabajo ya están suficientemente gravadas, así que toca centrarse en las herencias y donaciones, la acumulación de patrimonios y los depósitos bancarios.
Esas propuestas responden perfectamente al ideario de IU, la única fuerza política en España que considera vivo el paradigma de la lucha de clases, viendo en ricos y acaudalados las referencias sociales a derribar. Con casi seis millones de parados –y más de 100.000 en Asturias-, la idea de que paguen más los poderosos, o los supuestamente poderosos, tiene mucho predicamento. Como todo el mundo sabe, la imagen de las entidades financieras no atraviesa su etapa más brillante. Entre la ciudadanía ha calado la idea de que gran parte de las tribulaciones quedarían paliadas con un sistema fiscal más progresivo, empezando por aflorar las bolsas de fraude. En pasados ejercicios, la gente sufrió los incrementos del IVA y el IRPF, así que IU se olvida de consumo y renta y apunta directamente a la riqueza. Para una persona bien informada esos planteamientos son más que discutibles, pero en el caso de IU tienen un valor diferencial: no le hacen perder ni un voto.
¿Se animarán los socialistas, amparados en el giro a la izquierda de Rubalcaba, a asumir la dieta fiscal de IU? No lo creo. Una cosa es que se grave el patrimonio, tal como acordaron en su conferencia política, y otra aumentar los tipos impositivos. En caso de aceptar la propuesta sufrirían un efecto indeseado: la pérdida de sufragios. La clientela política del PSOE no coincide con la de IU. El voto moderado, que disputa el PSOE con las formaciones del centro-derecha, le daría la espalda. El discurso socialista siempre utilizó el truco, que administró sabiamente Felipe González, de combinar la retórica izquierdista con medidas indoloras. Ganar por las emociones, ocultando las disposiciones. Lo saben perfectamente los líderes de IU, por eso le ponen la piedra antes de calzar el zapato del pacto. ¿Qué más indicios necesita el PSOE de que IU no va a cerrar ningún acuerdo presupuestario con el Gobierno?